Hasta hace poco Scott McCloud era más conocido por sus tres obras teóricas sobre el arte de hacer cómics (Entender el cómic, Hacer cómics) que por sus propio trabajo en este medio gráfico, pero eso ha cambiado con la aparición en el mercado (gracias a la editorial Astiberri) en un breve espacio de tiempo de los dos volúmenes que recopilan Zot!, su obra anterior, y la que cimentó su fama en el circuito independiente de los EEUU. Como el propio McCloud explica en los textos introductorios que preceden a cada aventura, Zot! nació como una manera de experimentar y aprender a hacer cómics, aunando las tres influencias que el joven autor tenía por entonces: los cómics de superhéroes, el manga japonés y los cómics alternativos e independientes que empezaban a despuntar en esos años. Y todo eso es lo que encontramos en Zot!. En primer lugar, y ante todo, es un cómic de superhéroes. Zot, el muchacho que vive en una Tierra paralela a la nuestra, con aspecto retro-futurista, en la que predominan los aspectos positivos (no hay enfermedad, ni pobreza), tiene superfuerza y la capacidad de volar (gracias a unas botas antigravedad creadas por su tío) y se dedica a enfrentarse a villanos estrambóticos. Hasta aquí, todo resulta bastante tópico. Pero la cosa cambia cuando él viaja (gracias a un portal o brecha espacial) a nuestra Tierra y empieza su relación amistosa-amorosa con Jenny, una joven normal y corriente. El contraste entre ambos mundos le sirve al autor para establecer las diferencias entre ambos personajes: mientras Zot siempre ve el lado positivo de las cosas, Jenny es más realista y quiere escapar de su vida gris, de sus problemas cotidianos, viajando al mundo de él. La influencia del manga, sobre todo de Astroboy, se palpa en muchas de sus viñetas. Desde las líneas cinéticas de movimiento hasta la visión de la ciencia-ficción positiva y optimista del maestro Tezuka. Pero, como el mismo autor explica, quería probar otra perspectiva del género y por ello empezó a tratar otra serie de temas, más intimistas, más alejados de las aventuras “de un tipo vestido con pijama”. Y aquí es cuando Zot! se convierte en un cómic independiente, sobre todo en sus últimos números (los incluidos en el volumen dos), donde da cabida a las pequeñas historias de los personajes secundarios (la pandilla de amigos de Jenny) y vemos un salto en profundidad, adquiriendo un tono más maduro y complejo. Algunas de esas historias fueron en su momento nominadas al prestigioso premio Eisner.
Hay que explicar al que quiera adentrarse entre sus páginas que esta edición recopilatoria en blanco y negro no incluye los diez primeros números en color que el autor publicó de este personaje, según explica él mismo porque fueron números de mero aprendizaje y con historias muy simplonas. La verdad es que la historia se puede seguir sin problema, aunque haya personajes a los que nos cueste un poco situar, debido a que fueron presentados anteriormente en alguno de esos primeros números. Así que recomendamos Zot!, tanto si te gustan los superhéroes como si no, porque se trata de un cómic de superhéroes, pero muy atípico, y además es muchas cosas más.