Quienes me siguen por las diferentes redes sociales deben recordar que hace unas semanas comenté de una mala experiencia en una parrilla gourmet. La cuestión es que les había prometido escribir reseña pero no había tenido la oportunidad y quise comenzar el año en cuestión reseñas con dicha visita.
Hace ya varias semanas tuve que ir a Montevideo por trámites y como tenía tiempo libre decidí conocer el MAM (Mercado Agrícola de Montevideo). Resultó ser un lindo paseo más allá de que yo esperaba más, no sé que esperaba pero bue....El paseo transcurrió entre visitas a diversos locales: una chocolatería que fue mi perdición en verdad, si van al MAM deben visitar ConSentido y comprarse medio local...se los recomiendo!También pasé por Arrayán, un local de venta de plantas y semillas donde conseguí semillas de rúcula y tomates cherry para anexar a mi huerta (de la cual les hablaré más en breve).
Como era cerca del mediodía (11.45 hs.) pensé en almorzar allí, y hubo un local que llamó mi atención: la Parrilla Pellicer Gourmet. Ya el nombre me invitaba a conocerla, y más aún por la pintorezca parrilla giratoria que está a la entrada y resultaba sumamente tentador. Así que más allá de ser temprano y no haber nadie en las mesas aún, me decidí a entrar. Sé que el horario si acaso no era el mejor para almorzar, por ser tan temprano, pero ingresé al interior del local (tienen mesas afuera también) donde dos empleados con pocas ganas de atender a un cliente y con aires de estar en Babilonia me contestaron que si, que podía almorzar más allá de ser temprano.
Opté por sentarme fuera del local (pero dentro del MAM), elegí fácilmente mesa pues estaba vacío. Saqué mi libretita con ánimo de apuntar toda la experiencia pues el calificativo Gourmet auguraba una buena experiencia gastronómica. Allí me atendió una señora muy amable, que resultó ser lo único rescatable de todo esto.Luego de ver la carta (y los precios un tanto elevados pero si la comida era lo que prometían, entonces valdría la pena), opté por un queso provolone con rúcula y panceta como entrada, y de plato principal una bondiola y papas fritas. El postre no lo pedí aún pues estaba viendo como serían las porciones y si tendría apetito como para probar el postre.
La "pinta" del provolone era una tentación así que comencé a degustarlo con mucho placer, delicioso en verdad hasta que.....mmmmm....¿que es esto que siento en mi boca? .... mmmm .... ¿a ver?. Y oh sorpresa...el provolone venía con un aderezo especial: un ganchito metálico de máquina grapadora. En verdad un peligro, quedé asombrada y feliz de no haber ido con ningún niño pues esto hubiera terminado en el sanatorio. Le comenté a la moza, y como es de esperar dejé más de la mitad del provolone sin tocar. Una pena no saqué foto del ganchito pero en verdad fue un momento feo.
Pasado el mal rato esperaba ansiosa la bondiola....y chan! segunda decepción de la jornada! cero presentación (y eso que prometía ser una experiencia gourmet!!!!), tan solo dos trozos de bondiola tirados sobre el plato sin decoración más allá de un poco de pimentón y un trozo de limón. Presentación que en nuestros hogares superamos con creces!!!!!!. Parte exterior de la carne quemada y la carne en si jugosa por demás, cuando no lo pedí en ese punto!. Las papas fritas....comunotas, como de carrito de hamburguesas.
Puzzle Bobble
Karate Blazers
Puzzle De Bloques
Magical Cat Adventure