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Reseña | Un lord irresponsable, Christine Cross

Por Flordecereza @NovelaRomantica
Reseña | Un lord irresponsable, Christine Cross UNA MUJER MISTERIOSA.
UNA MALDICIÓN ANTIGUA.
DOS CORAZONES DESTINADOS A ENCONTRAR EL VERDADERO AMOR EN UNA VIEJA MANSIÓN DE LA CAMPIÑA INGLESA.

Lady Sara Ferrers arrastra una maldición.

Descendiente de la famosa lady Katherine Ferrers, una salteadora de caminos que murió a causa de un disparo y que se dice que vaga durante las noches por la mansión de Markyate Cell, la gente la considera una bruja. En realidad, se trata solo de una joven solitaria que lleva una vida tranquila... hasta que conoce a su nuevo vecino, el vizconde Leighton.

Lady Sara no esperaba enamorarse, pero está decidida a conquistar el corazón de su atractivo e irresponsable esposo.

A Edward Marston le gusta disfrutar de su vida en Londres, sin ataduras ni responsabilidades, pero una inesperada herencia cambiará su vida para siempre. Cuando se ve obligado a tomar a lady Sara como esposa, se debatirá entre la fascinación que siente por ella, y el rechazo a una boda impuesta.


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Reseña | Un lord irresponsable, Christine Cross

Como ya todos sabéis si leéis mis reseñas con asiduidad soy una entusiasta del romance histórico, me encanta las historias basadas en épocas pasadas, pues la ambientación suele jugar un papel fundamental en la obra, proporcionando al lector escenarios en los que la imaginación suele ayudar a crear el ambiente perfecto. De este modo, cuando la primera entrega de la serie la cayó en mis manos supe que no me iba a decepcionar, tanto es así que cuando leí el segundo libro disfruté mucho más si cabe, ya que los miembros que componían esta peculiar prole tenían mucho que ofrecernos. Ahora ha sido la historia de Edward la que me ha subyugado, Un lord irresponsable de Christine Cross es una lectura perfecta donde el segundo de los trillizos Marston encontrará lo que siempre había estado esperando, una responsabilidad que lo hiciera alguien necesario a los ojos de todos y una persona que creyera en él y le diera la oportunidad de demostrar su valía. Una novela repleta de sentimientos que esconde una preciosa historia de amor entre dos personas marcadas por la soledad y la incomprensión.

Lord Edward Marston , vizconde de Leighton, pertenece a una de las familias más importantes e influyentes de la aristocracia inglesa. Carismático, libertino y un poco canalla, vive la vida sin ataduras ni responsabilidades, su carácter alegre y bromista hace las delicias de los que la conocen y también saben que es un hombre con el que se puede contar. Él comprende que los roles dentro de su excéntrica familia están totalmente establecidos, James es el heredero y el que hace magia con las inversiones, Robert, por su parte, es el que trabaja en el Ministerio de Gobierno lo que le hace poseer importantes relaciones políticas, por tanto su existencia es más relajada y su ausencia de responsabilidades le deja mucho tiempo para disfrutar de la vida. Por esto mismo, cuando recibe una inesperada herencia por parte de una pariente lejana, Edward verá la oportunidad de orientar sus pasos, ser el propietario de Markyate Cell es algo importante y una buena excusa para demostrar a todos que no es ningún irresponsable. Sin embargo, no sólo recaerá en él la administración de las tierras, también se verá de la noche a la mañana como tutor de una joven, un papel que no sabe cómo interpretar, pues la dama ya no es una niña y no despierta en él sentimientos fraternales precisamente, ya que Lady Sara Ferrers es una hechicera que parece haberlo embrujado en su primer encuentro.

Lady Sara Ferrers siempre ha sido estigmatizada por ser descendiente de la infame Katherine Ferrers, una salteadora de caminos que murió por un disparo y parece vagar sin descanso por Markyate Cell. Sólo por esto los habitantes del pueblo la consideran una bruja, desde pequeña creció oyendo cosas horribles sobre su familia y sobre la maldición que pesa sobre ella, no obstante, gracias a Lady Crawley vio como era un hogar de verdad, sin insultos y sin desprecios, ella la acogió cuando nadie la quería y le proporcionó un sitio donde sentirse segura de todo aquel que la humillaba. Ahora que la dama ha fallecido no puede evitar sentir cierta pesadumbre frente a la soledad y la incertidumbre que vuelven a invadir su vida, si es cierto que la dama ha procurado que no esté sola, le ha nombrado un tutor que la proteja y, con suerte, la lleve a Londres para que pueda encontrar un marido que le de una familia propia y la aleje del pueblo. Lord Edward Marston será ese hombre, un caballero que llenará su corazón de esperanza y también despertará por primera vez sentimientos románticos en ella, una atracción inocente que la llevará a desear mucho más.

Una relación inicial entre ambos que se verá truncada por un mínimo error que pondrá en peligro la reputación de Sara y en entredicho el honor de Edward, un desgraciado acontecimiento que acabará con la apresurada boda de los jóvenes. El principal problema es que apenas se conocen y sienten que la atracción que había surgido entre ellos se ha visto viciada por la intrusión de un hombre que parece odiar a Sara y no dudará en envenenar la confianza que tiene el vizconde en la muchacha, así, los recién casados verán como las mentiras y las dudas marcarán su matrimonio. Edward ha actuado por impulso y no sabe si Sara será la mujer que aparenta, tiene miedo de haberse equivocado y no cree estar preparado para asumir la responsabilidad de sus actos. La dama, por su parte, aprovechará el momento y dejará que todo ocurra, la soledad le da miedo y el joven puede darle la familia que siempre deseó. Una vida en común que no comenzará como hubieran querido, ya que las falsedades y los malentendidos harán que ambos se distancien a pesar de que el deseo y la pasión están muy presentes en cada momento juntos, no obstante, los sentimientos son fuertes y un arma poderosa capaz de solventar cualquier inconveniente, incluso si se trata de nuestros propios miedos, además hay personas que han visto que entre ellos existe algo especial y no dejarán que la maldad les niegue la felicidad que se merecen.

Christine Cross posee una prosa muy cuidada y elegante que hace que sus historias sean muy especiales. En esta tercera entrega de la serie vemos la complicidad que existen entre los miembros de la familia Marston, ellos son una piña donde todos cuentan y no dudan en implicarse en los problemas de los demás. Me encantan este tipo de sagas familiares, con cada libro vamos conociendo un poco más a todos ellos, no nos quedamos con el final que corresponde a su historia, hay posibilidad de ver el después y eso me fascina. De este modo, cada uno de ellos se convierten en secundarios de lujo de la trama principal, los duques de Westmount, por ejemplo, creo que son los progenitores ideales, han inculcado amor y honor a sus hijos y estos han hecho de ellos sus modelos, así pues, desean matrimonios donde los sentimientos y la pasión sean los motores que rijan el mismo. Un hecho que tanto James como Arabella ya han conseguido, sus parejas, Victoria y Alex son esas personas que les han dado lo que siempre soñaron, amor, respeto, confianza y compañerismo. Aquí vemos pinceladas de sus vidas de casados, no obstante, también observamos el rumbo que toma la existencia de Robert, el último de los trillizos Marston nos tiene preparadas muchas sorpresas, pues aquí se ven rasgos de su personalidad muy interesantes que definen como podría ser su historia. Sin embargo, el motor de la obra está en los protagonistas, Edward y Sara han hecho que la trama sea muy especial, su relación desde el principio va a pasar por diferentes fases, será tierna, dulce, apasionada e intensa, además, tendrá momentos donde la distancia y la desconfianza se instale entre ambos. Son dos personas sensibles que se verán inmersas en un matrimonio no planeado, las dudas y el miedo a la equivocación estarán muy presentes, asimismo, el amor y la atracción irán ganando la batalla, dándoles a los dos la valentía necesaria para dar el paso definitivo que los ponga en el camino correcto. Una relación con mucho feeling que los cambiará a ambos, a Sara la hará más atrevida y fuerte, está enamorada de su marido y no desea perderlo por lo que recurrirá a la sutil seducción. Edward, por su parte, dejará la irresponsabilidad de lado y asumirá el papel de esposo, algo que le reportará la vida que esperaba. Por último mencionar la ambientación de la novela, como siempre todo ha estado perfectamente detallado, los escenarios han sido muy bien descritos y las referencias históricas han resultado claves para que el lector se sitúe temporalmente en la época que la autora ha elegido para escenificar la trama. En este sentido, Christine Cross siempre me fascina con su forma de narrar la historia, con los referencias justas y la química que se puede apreciar entre todos los personajes, pinceladas que hacen que la historia se vuelva parte de nosotros mismos y, en mi caso, sea una de mis mejores lecturas de este año.

Un lord irresponsable de Christine Cross es la historia de dos personas que se verán unidos por el destino, dos corazones solitarios que tendrán que confiar en sus sentimientos para derrotar a una maldición, enfrentarse a la superstición de unos cuantos y vencer el miedo a dejarse arrastrar por la pasión, en definitiva, un amor sincero que cambiará sus vidas para siempre.

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