Reseña Una oscura obsesión – Kenneth Oppel

lo esperaba y me interesó mucho el tema al leer la ficha que venía adjunta (acababa de ver el último capítulo de Érase una vez y Víctor Frankenstein me despertó la curiosidad).

Los jóvenes hermanos Víctor y Konrad llevan una apacible vida en el castillo familiar. Junto con su prima Elizabeth se han convertido en inseparables, en cómplices de juegos y aventuras. Reciben clases privadas, practican esgrima, montan a caballo y recorren incansables los pasadizos del castillo de los Frankenstein. Pero, cuando Konrad cae gravemente enfermo, sus vidas darán un giro inesperado y sus inocentes aventuras de juventud se volverán demasiado reales. En la inquieta mente de Víctor aparecen dos certezas: que para curar a su hermano deberá encontrar la receta del legendario Elixir de la Vida y la convicción de que siente una profunda e irrevocablemente atracción por Elizabeth, a pesar de saber que la joven y Konrad están enamorados. Una oscura obsesión invade su mente: ¿será capaz de traspasar las fronteras de la vida, la ciencia y el amor? Y, más aún, ¿cuánto está dispuesto a sacrificar por salvar la vida de su hermano?

Esta historia relata “el principio del principio”, una visión de Kenneth Oppel sobre cómo surgió el afán científico-resucitador de Víctor Frankenstein en su juventud. La verdad es que esperaba mucho de este libro y al final me dejó como apagada.

Creo que esta novela cojea. Hay un indicador clarísimo para saber si se merece una buena crítica o no: que se te cierren los ojos de aburrimiento mientras lees no augura una gran nota. Y eso es lo que me pasó con Una oscura obsesión. Debo decir que el principio es interesante, así como el final (aunque si conocemos un poco la historia original nos podemos hacer una idea de cómo terminará todo), pero la parte intermedia se ha ganado más de un bostezo.

Hay escenas buenísimas, dos o tres párrafos que son intensos y en los que parece que al autor le ha dado un repente y se ha puesto a escribir cual loco, pero luego hay otras en las que la cosa flojea mucho. Sobretodo las escenas de acción: Víctor, Elizabeth y Henry deben encontrar tres ingredientes para fabricar El elixir de la vida, y la búsqueda de esos tres ingredientes se hace un tanto tediosa y me ha parecido incluso infantil.

Sí que los elementos nuevos que introduce Oppel son originales (que si el hongo lunar, que si el pescado este que está bajo la cueva o la visión del lobo…) pero es un instante de “anda, qué original” y ya está.

Lo que destaca de esta historia es Víctor, pero creo que el personaje no es lo suficientemente fuerte como para acarrear con todo el peso de la novela. El autor ha mostrado su vena más egoísta y caprichosa, además de los celos, así como ese carácter bipolar que le hace único (ama a su hermano por encima de todas las cosas pero después desea destacar más que él y robarle el protagonismo, así como aquello que más quiere, para luego arrepentirse por todo lo que piensa y así todo el rato).
De los secundarios hay que nombrar a Konrad (ya más por lo que se crea en torno a él que por sus movimientos) y a Elizabeth, aunque resultan más una palanca para el personaje de Víctor que no como unos propios secundarios; los demás están un poco escondidos y tampoco me han llamado la atención, que digamos.

La parte romántica es un añadido extra, la verdad es que esta vez no me ha caído tan mal, sobretodo porque – a mi entender – los motivos de Víctor para amar a Elizabeth no son lo que se suele decir “lo de siempre”. De todos modos todo esto queda como en volandas, porque se termina el libro y no sabes el porqué de muchos de los actos de la chica y lo que esconden algunas de sus miradas (creo que es un personaje que podría haber dado mucho de sí, pero al ser narrado en primera persona por el propio Víctor, no podemos llegar a saber lo que piensa ella). ¿Quizá en la segunda parte? Porque sí, es una saga.

Al abrir la novela te encuentras con una narración un tanto densa y muy adornada, pero a medida que avanza la lectura ya no se nota demasiado (o la cosa aflojó un poco o me acostumbré sin darme cuenta). Podría decir incluso que la narración se hace agradable por lo que he comentado antes: porque es el propio protagonista quien nos cuenta su historia, y ver cómo varían sus pensamientos mantiene al lector entretenido. Pero sus descripciones, por mucho que Oppel lo intentara, no han llegado a situarme allí junto a los personajes.

Una novela a la que le ha faltado algo para tenerme totalmente enganchada (le achaco esa falta a las escenas de acción), un libro que, aunque trata sobre Víctor Frankenstein y el tema de la alquimia, no ha sabido camelarme; una primera parte de una saga un tanto introductoria y con cosas que ni fu ni fa.

La verdad es que he tenido serias dudas (me he dejado un día para recapacitar y todo) en cuanto a puntuar la novela. Estoy entre el aprobado y el bien bajo. La historia tiene cosas originales y la prosa es buena, así como Víctor se merece un tres, pero es precisamente él el que me hace dudar: Que la esencia de la novela sea algo que “ya estaba creado” le resta un poco al asunto, ¿no? Es decir: a mi parecer el punto fuerte de esta novela es el protagonista, pero el autor no se ha tenido que comer mucho el coco para crearlo, pues partía ya de una base de un personaje atormentado que otra persona había ideado. ¿Que le ha dado un inicio? ¿Lo que se ha inventado ha sido la vida de adolescente del prota? Sí, y no le quito mérito, pero lo que destaca del libro es el carácter de Víctor, su personalidad, el fondo del personaje… y, creo yo, es algo que ya se lo han dado masticado al autor.

Mi lado malvado sale a relucir y no me deja entregarle ese medio punto más que convertiría la novela en un tres; de todos modos esto es muy personal, así que a quien no le importe lo que os acabo de contar, que se lo tome como un cerdito “está bien” y listo.

Nia