Reseñas cine: “Blitz”

Enésima revisión del cliché “policía-de-métodos-expeditivos-contra-asesino-en-serie” (¿alguien ha dicho “Harry el sucio”?), “Blitz” es una producción inglesa protagonizada por el action man Jason Statham, un tipo con una trayectoria profesional como para tirar cohetes: “El único”, “Mean machine”, “Transporter” (1, 2 y 3), “Crank”… No, no me olvido de sus agradables colaboraciones con Guy Ritchie en “Lock & Stock” y “Snatch”, aunque él sí parece haberlas olvidado…

Statham interpreta al inspector Tom Brandt, un agente de la ley extremadamente aficionado a la brutalidad policial cuyos métodos poco ortodoxos dan mala imagen a la comisaría del South East londinense. Pese a que ello supone un problema para sus superiores, cansados de que la prensa arremeta contra la conducta autoritaria de las fuerzas del orden, la aparición de un asesino en serie de policías (con el alias de Blitz) convertirá a Brandt en el candidato idóneo para resolver el caso sin reparar en costes y posibles daños colaterales. Bajo supervisión, eso sí, del detective Porter Nash (interpretado por Paddy Considine), un agente continuamente ridiculizado por sus compañeros debido a su condición homosexual.

Dirigida por el desconocido (al menos para mí) Elliot Lester y basada en la novela homónima (parte de una serie de títulos protagonizados por el inspector Brandt) escrita por Ken Bruen, “Blitz” intenta eludir los lugares comunes del cine de acción reciente apostando por los personajes antes que por el mamporreo y ofreciendo tramas secundarias que, de algún modo, otorguen una pizca de tridimensionalidad al plano universo personal de Brandt. Así, la actriz Zawe Ashton (vista fugazmente en la divertida teleserie “Misfits”) da vida a una agente de policía con un turbio pasado con las drogas, mientras que David Morrissey encarnará a un periodista más interesado en firmar una gran exclusiva sobre los crímenes de Blitz que en colaborar con la policía para su detención.

No son malas intenciones, desde luego, como tampoco es baladí la estimable interpretación ofrecida por Aidan Gillen, gran secundario televisivo (al que no conviene perderse en las imprescindibles producciones de la HBO “The Wire” y “Game of Thrones”) que compone un interesante villano en las antípodas del glamour homicida al que los psycho-killers post-Hannibal Lecter nos tienen acostumbrados: Blitz no es un genio criminal, tampoco un asesino meticuloso. Se trata de un paria barriobajero sin un plan a largo plazo, la clase de asesino que protagoniza los titulares de programas como “Gente” o “España directo”. Lo cual, dicho sea de paso, supone también un atractivo más a la hora de encarar el film.

No obstante, todas estas oportunidades de lograr un producto con cierto carisma acaban arrojadas por la borda en cuanto la película se pone en marcha. A la mediocre realización de Lester se suma un guión plagado de diálogos tópicos y lugares comunes que no consigue aportar ni una pizca de emoción al drama de cada uno de los personajes. Las (escasas) escenas de acción están resueltas de forma absolutamente despersonalizada, con el añadido de una machacona banda sonora que intenta inútilmente contagiar ritmo a unas imágenes que no logran transmitir la tensión deseada, y todo ello mientras Statham pone cara de necesitar urgentemente un laxante y gruñe unas frases que aspiran a Bruce Willis y se quedan en Steven Seagal.

Con los mismos mimbres, “Blitz” podría haber sido una película infinitamente más interesante. Se trata, pues, de un nuevo ejemplo de cómo desaprovechar totalmente un planteamiento interesante para terminar facturando un film infantil, rutinario y previsible. La clase de cinta que podría haber ido directamente al videoclub y nadie habría echado de menos en pantalla grande.

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(“Blitz” se estrena en los cines españoles el 23 de junio)

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