Reset .

Esto de las vacaciones es un tema espinoso. Los que las van a hacer, las están planificando y ya las sueñan y tienen empatía con el que escribe acerca de ellas. Los que, por el contrario, las desean pero no las van a disfrutar, sienten que es hurgar en la herida. Y queda feo.

Los que ya las han hecho, no pueden evitar un “relamerse” con lo de “no me quites lo bailao” pero como “lo bailao” ya ha pasado, sienten esa sensación de resignación justa ( ellos ya han disfrutado!) pero con un puntito de envidia ( siempre sana) porque aún tienen fresco lo chulo que es lo que van a bailar los que se van de vacaciones.

Yo he estado cinco días de vacaciones y he bailao ( y ya, nadie,  me lo puede quitar; – ) ). Estos días de descanso y desconexión han servido para cargar las pilas . Es como una especie de tratamiento de higiene mental. Te limpias el cerebro. Aseas tu mente… Esa cosa compleja que es la psique y que cada uno tenemos de diferentes formas, colores, volúmenes y texturas, tan castigada por los problemas de la vida ( en general) que se ensucia y se obtura cuando se llena de muchas cosas…No hace falta irse a una isla, ni a un bosque, ni a Nueva York…pero si que hay que buscar esos momentos, ese lugar que permita desconectar, resetear, limpiar y reiniciar.

Y de ahí vengo. De un peeling de coco total. De una exfoliación de neuronas. De un tratamiento de SPA para el alma .

N.B. : Formentera, 2011. Sin Photoshop