Cartel de David Quiggle.
Al transeúnte de la noche le gustaría poder saber a qué puede deberse el hecho de que esta mañana, al despertar, sin nada en apariencia que lo explique —¿tal vez una ráfaga de música imprecisa?—, le asaltó una pregunta: ¿pero quién coño mató a Laura Palmer?
(LUN, 984)