Había esperado que Dios o Nietzsche respondieran por alusiones a la entrada anterior, aunque sólo fuera para denunciar como exagerado el rumor de que están muertos. En el caso de Nietzsche el silencio ha sido sepulcral. En el de Dios ha sido tan clamoroso, que casi podría calificarlo de metafísico. Quien sí que me ha respondido a la anterior entrada ha sido mi amiga Sukopa.
Formo parte del 0,1 % de personas que han leído a Nietzsche al menos en un 0,1 % de su obra. Por una casualidad afortunada, un comentario que hiciste a un pequeño poema que escribí, nos ha hecho pensar a los dos enlas posibles afinidades entre Nietzsche y el budismo. El hecho de que Nietzsche y Buda traten a los dioses como mortales, esindicio de otras posibles coincidencias.
Si de Nietzsche he leído un 0,1 %, a Buda sólo lo conozco de oídas, así que cuento con tu erudición en estos temas, para tirarme de las orejas, si fuera menester.
En mi modesta opinión, tanto Nietzsche como Buda se sitúan en un escenario parecido: es el hombre sólo el que debe encontrar un sentido a la contingencia de su ser en el mundo, sin ayuda de un dios, que sea cual sea su naturaleza, sólo por ser dios ya se mueve en otra esfera.
Del mismo modo que al acólito de Buda le cuesta una vida entera de práctica y preparación alcanzar el Nirvana, llegar a Übermensch tampoco es sencillo.
Mientras el budista se afana en “no tener gusto por nada, para gustarlo todo”, como dice San Juan de la Cruz, el aprendiz de superhombre quiere gustarlo todo aquí y ahora, a sabiendas de que en el mismo lote se incluyen también el dolor y la muerte, y no hay redención ni resurrección a la vista. Creo que Raskolnikov en Siberia estaría más tranquilo que cualquiera de ellos: su condena sólo duraría unos años y después sería perdonado por la sociedad y por Dios misericordioso. Y hablando de Raskolnikov, el usurero al que asesinó era en realidad una anciana mujer. [Esto ya lo corregí. Menos mal que me advertiste].