La otra noche volví a Casa Salvador. Fue como casi siempre, muy agradable. Enseguida me vinieron a la memoria los recuerdos de como nos conocimos, el restaurante y yo ;-), y me di cuenta que aunque esta historia ya la había contado, no lo había hecho aquí, en mi blog. Demasiados sentimientos, un cariño especial, como para que quedara olvidada y no haceros partícipes. Era hora de compartirla.
Conocí el Restaurante Casa Salvador una noche de verano de hace… me da vértigo pensarlo, ¿20 años?
Cenamos en la terraza,
junto a l’Estany de Cullera, donde sólo se escuchaba la música de los grillos
y, de tanto en tanto, el chapoteo de algún pez en el agua.
No os sorprenderá si digo
que quedé enamorada del lugar, y que a partir de ahí, y aunque está a un paseo
largo de Valencia, con mayor o menor frecuencia, tuvimos nuestras citas (el restaurante y yo ;-)
Citas para cenar en
verano, donde olvidarse del bullicio de la ciudad y del trabajo, después de la
semana laboral.
Citas para tomar un buen
Arroz del Senyoret (arroz de marisco pelado), los domingos de otoño e invierno,
al sol, resguardados por el porche y la orientación a poniente de la terraza.
Citas familiares o citas
con amigos, para cenar en el interior, junto a la chimenea, o en el exterior,
mientras los niños echaban migas de pan a los patos y peces de L’Estany y los
mayores tomábamos el aperitivo.
Siempre era un acierto,
un valor seguro, a todos gustaba, tanto el lugar, situado en un marco
incomparable, y aquí esta socorrida frase sí que hace justicia, como su
tradicional cocina mediterránea.
Pasaban los años, Casa Salvador fue remodelado, ampliado, la terraza se extendió e incluso se
instalaron unos chorritos de agua en el porche que refrescaban el ambiente los
días y las noches de ese verano húmedo al que nos tiene acostumbrados Valencia.
Conforme pasaba el tiempo
era más difícil hacer una reserva, su cocina mediterránea especializada en
arroces, platos típicos valencianos, pescados, carnes, su delicioso helado de
naranja, que luego dejaron de ofrecer, cada vez eran más célebres. La gastronomía y el entorno acompañaban.
Hace unos pocos años
dejamos de ir. Digamos que una “cita” no resultó como esperábamos y lo que
aquel día elegimos, tampoco salió como recordábamos de otras ocasiones.
Vale, puede que sea algo
“rencorosa” para estas cosas, el caso es que Casa Salvador y yo dejamos de
vernos. Ya no iba con amigos, ni llevaba a la familia, y cuando alguno de ellos
lo recordaba, simplemente yo proponía una alternativa.
Transcurrido un tiempo,
quedan los buenos recuerdos y los no tan afortunados se diluyen, así que el pasado otoño, justo antes de las fiestas navideñas, pregunté en casa: ¿Le damos una segunda oportunidad?
Y así fue como nos
reconciliamos. Un domingo soleado de finales de otoño, en la terraza, junto a
L’Estany de Cullera. Testigos: una buena ensalada, unas tellinas y un delicioso
Arroz del Senyoret acompañado de un Chardonnay Blanco chileno de BodegasTorres, el Santa Digna. Vino que me hizo caer en sus redes durante la cata de
vinos chilenos que Bodega Montaña había celebrado unas semanas antes.
Unos postres que tenían
por protagonista al chocolate, pusieron el broche final a aquella cita. Resultado,
más que satisfactorio.
¿Se puede pedir más a una
mañana de domingo otoñal?
Nosotros ahora en pleno verano hemos pasado una agradable velada. Por si vosotros queréis
tener también vuestra “cita” con Casa Salvador, a continuación indico sus
coordenadas.
Casa Salvador
L’Estany de Cullera
(Valencia)
Teléfono: 96.172.01.36
Web: http://www.casasalvador.com/
Email: [email protected]
¡Espero que lo disfrutéis!