Restaurante L´Envers du Décor, Saint-Émilion (Francia)

Restaurante L´Envers du Décor, Saint-Émilion (Francia)Situado en el nº 11 de la rue du clochet de esta muy renombrada localidad francesa de la región de Bordeaux, conocida de por si por los grandes vinos "Grands Cru" y "Grand Cru Classé" que conllevan su nombre y el que fui a cenar el Miércoles 30 de Marzo 2022. 

Después de pasear por la calles de esta población debo reconocer que se respira historia, vino y buena gastronomía por todos sus rincones. Además, al tratarse de un lugar tan turístico y eminentemente frecuentado por amantes del vino, no es difícil imaginar que el nivel de su restauración es muy buena, acorde a su oferta Vinicola.

A quien le sorprenda encontrar en estas fotos este restaurante sin público, solamente decir que fuimos los últimos en terminar de cenar y a su vez en salir (tal vez por nuestro horario de español tardío). Las fotos fueron tomadas en el momento de marcharnos, eso explica que ya no quedara nadie en su interior.

De aperitivo, que mejor opción que tomar un surtido de ostras, decir que no sorprendió que fueran procedentes de la región de Bretaña, pese a estar tan cerca del Bassin d´Arcachon, importante lugar de cultivo de este manjar, que tan buena fama tienen a nivel nacional, y que se sitúa a tan solo uno pocos kilómetros de este lugar... pero repito, estas ostras procedían de "Bretagne", otra región productora situada en el Nord-oeste de Francia.

Seguidamente, nos recomendó el camarero una buena carne para compartir, y no dudamos en aceptar dicha propuesta, un chuletón de ternera madurado durante 15 días, acompañado de las todopoderosas y omnipresentes patatas fritas y un poco de ensalada para rebajar.

El vino elegido fue todo un Grand Cru Classé, Clos des Jacobins cosecha 2015, todo un firme representante de los grandes vinos de burdeos, potente, aromático y goloso, muy reducido al principio por lo que finalmente precisó de oxigenación y que gracias a ese detalle, nos permitió disfrutarlo desde la primera copa, hasta durante casi dos horas que tardamos en levantarnos de la mesa.

De postre, que mejor que una tabla de quesos de la región para seguir disfrutando del vino, pero no faltó el dulce detalle, de una pequeña ración de compota de manzana y pera para poner el punto y final a esta muy agradable cena.