Tras la increíble excursión que habíamos realizado por el Parque Natural de los Volcanes, nos dirigimos a disfrutar del menú degustación del Restaurante Les Cols, donde Fina Puigdevall pone en valor una cocina de marcado estilo catalán, basada en los productos de la zona y a la que ellos se refieren como una cocina del territorio y del paisaje.
El restaurante, ubicado en una masía catalana a la entrada de Olot reformada completamente en 2003, sorprende por el contraste tradición, de su exterior, y modernidad y diseño de su interior. Un interesante marco para disfrutar de las dos estrellas Michelín con las que cuenta desde 2010.
Entre los jardines y el huerto comienza nuestro recorrido por las instalaciones de Les Cols, apellido originario de la familia de Fina propietaria de esta masía del siglo XV. Primero nos mostraron el Pabellón exterior, cuyos listones transparentes a modo de separación me hicieron pensar en un laberinto de cristal. Todo muy liviano, que no pese a la vista. Allí es donde celebran bodas y otros eventos.
Estuvimos unos minutos disfrutando del jardín y de la bella imagen que ofrece el exterior de la masía, y aunque ofrecen la posibilidad de tomar el aperitivo allí, pasamos a su interior.
Visitamos sus salas reservadas, la bodega, el comedor de la sala grande con una gran mesa dorada y modernas sillas que no nos dejan impasibles, y nos dirigimos a la sala donde está nuestra mesa, con el ventanal que se abre, como una pantalla de cine, al huerto donde campan a sus anchas, van y vienen, sus gallinas.
Nos sentamos y comenzamos con el menú. Una copa de cava Natura Les Cols Mont-Ferrant, creado especialmente para el aniversario del restaurante, y un aperitivo realizado con el alforfón, ingrediente autóctono de la Garrotxa, en forma de lámina crujiente para acompañar la longaniza tradicional de Olot.
Continuamos con una Canapé de flores y Blini de Alforfón y butifarra de perol, como aperitivo.
Nos sorprende gratamente un Caldo Ahumado con Espagueti de Alforfón, increíble el partido y la versatilidad que le han sabido sacar a este ingrediente. El caldo, fabuloso. Lo acompañamos con un vino tinto Cigonyes de Peralada.
Lo sigue un Calçot en tempura de carbón con Salsa Romesco, para comer entero y con los dedos, como ellos aconsejan. Un verdadero placer, muy tierno y jugoso, y una estupenda combinación con el sabor ahumado de la tempura.
Continuamos con Alcachofas, mandarina, especias cálidas, un bocado muy elegante, al que sigue el Huevo fresco del día con maíz, tocino y migas. El huevo es de las gallinas que estamos viendo todo el rato a través de la ventana y está cocinado a baja temperatura, lo cuál convierte a un ingrediente tan sencillo en un plato realmente delicioso.
El siguiente plato, y el más abundante, son unas Judías de Santa Pau, d.o.p., con cebollitas y jugo de asado. Muy sabrosas, tiernas, excelente punto de cocción.
Llega el turno del único plato de pescado que aparece en el menú, la Brandada de Bacalao, pilpil y uva moscatel. Excelente, cremoso, suave, ¡qué bueno!
Y el plato final antes de pasar a los postres, Espalda de cordero con Alforfón de diferentes maneras y mermelada de tomate casera. El cordero se deshacía en la boca, delicado.
El momento postres ha llegado, y en la Garrotxa comienza con los quesos, en esta ocasión es un Queso de oveja de Farró, a mitad de camino entre un queso suave o intenso.
Y dejamos paso a lo dulce, todo un clásico revisitado, Tarta al whisky. Este postre me transporta a mi infancia, cuando era uno de los postres estrella de los restaurantes, ahora, aquí, es totalmente diferente. Fabuloso recuerdo. Lo acompañamos con una copa de Ratafia, vino dulce típico de la zona.
Para los cafés nos invitan a pasar a la sala grande, la de la mesa corrida y dorada, pero preferimos quedarnos en la nuestra, las vistas al huerto y a las gallinas, nos resulta mucho más agradable.
Los cafés vienen acompañados de una Tableta de Chocolate realizada por ellos, y un trozo de Coca Azucarada dels Hostalets d’en Bas, un pueblo de la Garrotxa.
Extendemos la sobremesa por un buen rato, la comida nos lleva más de tres horas, en la que intercambiamos opiniones sobre la recién disfrutada experiencia. Coincidimos, buena propuesta de menú realzando el valor de los productos autóctonos sin perder en originalidad y creatividad.
Cuando ya nos vamos nos encontramos con Fina Puigdevall, a la que felicitamos y con la que conversamos durante unos instantes. Después nos invitan a visitar el interior de la cocina, donde el personal ya se encuentra casi finalizando el servicio.
Una buena experiencia donde degustar los productos de la Garrotxa, tratados con mucha delicadeza, en un marco tradicional en el que se ha sabido conjugar la naturaleza y lo moderno.
Restaurante Les Cols Ctra. de la Canya, s/n 17800 OLOT (Girona)
Nos vemos en la próxima parada de este viaje.
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Bon Áppetit!