tonkotsu ramen
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Lo nuestro con el ramen es una historia de amor a primera vista. La primera vez que lo probamos, hace ya algunos años fue en un viaje a Amsterdam. Hacía un frío del carajo, los cisnes más que nadar patinaban sobre las turbias y gélidas aguas del Amstel, y además empezó a llover. Mes de agosto en los países bajos, igualito que nuestro clima mediterráneo.
A pesar de tales condiciones metereológicas nosotros éramos felices, estábamos de vacaciones, nos encantaba la ciudad y nos habíamos tomado algún que otro sorbito de “café” en uno de los famosos Cofee Shop del barrio rojo.
Llevábamos ya más de dos horas callejeando por las concéntricas calles de la ciudad medio perdidos, con el frío ya calado en los huesos, con las piernas exhaustas y con ese hambre que solo te da el “café” de Amsterdam cuando aparecieron delante nuestro unas luces de neón que decían algo así como: Ramen Bar. ¡Bendita aparición! Como si fuéramos mosquitos fuimos hacia la luz, buscando cobijo y algo que comer.
Siempre recordaré lo bien que nos sentaron aquellos caldos espesos y sabrosos con fideos, acompañados de algas, huevo y otras cosas de colores, uno de cerdo y el otro de pollo, el mío con panceta, el de ella con sabor a sésamo. Aquella sopa sació nuestro hambre y calentó nuestros cuerpos a partes iguales. Quedamos varios minutos extasiados en los cómodos sofás de aquel Ramen bar, pensando en lo mísera que había sido nuestra existencia antes de haber probado aquel manjar de Dioses orientales. El amor que le profesamos desde aquel día es incondicional.
Bueno vale, tal vez he exagerado un poco, pero desde entonces, cada vez que tenemos la oportunidad, intentamos visitar alguno de los bares especializados en ramen que nos ofrece Barcelona. Y digo intentamos, porque en algunos de ellos conseguir mesa es poco más fácil que subirte al Dragon Khan un domingo en mes de agosto.
Precisamente ayer fué uno de esos días en que decidimos probar un nuevo ramen. En esta ocasión nos decidimos por el Tonkotsu, un restaurante especializado en ramen situado en la calle Valencia, cerca de Passeig de Gràcia.
El Tonkotsu debe su nombre a uno de los diferentes tipos de caldo para ramen que existen, uno de los más apreciados, por su sabor y complejidad. El tonkotsu consiste en un caldo gelatinoso de aspecto lechoso, cocinado a base de huesos de cerdo durante por lo menos ¡ocho horas! El sabor y la cremosidad se la deben al colágeno que sueltan los huesos de cerdo durante su cocción y hacen de él un caldo muy especial.
En este restaurante japonés podemos probar hasta seis diferentes tipos de tonkotsu ramen, como el de soja, el de curry o el Tan Tan Men, ligeramente picante y con carne picada de cerdo, además de un ramen vegetal. A estos ramen, que cuestan entre 9 y 11 euros, puedes añadirle además de los ingredientes que ya llevan, algunos toppings más como el huevo Tamago, el alga nori o el Chasu (panceta marinada). ¡A nosotros nos encantaron!
La ración de ramen es abundante, además de consistente, pero siempre hay sitio para algún entrante. Disponen de algunas ensaladas y entrantes asiáticos como unas muy acertadas Gyozas de pollo. Y por si no os apetece el ramen también ofrecen woks y alguna carne, como el entrecot o pescado como el salmón teriyaki.
A destacar que pudimos encontrar mesa con facilidad y que el servicio fue increíblemente rápido. Hay que decir que era un día entre semana, no sabemos cómo funcionará en fin de semana, pero sí os podemos decir que ofrecen la oportunidad de realizar reserva, cosa que se agradece.
En definitiva, los amantes del ramen sin duda debéis probar el Tonkotsu y para aquellos que aún no lo habéis probado, es un excelente lugar en el que enamorarse de él.
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