Texto; Gustavo Garcia Pradillo
Revista Cultura y Ocio
Una pared pintada de rojo, en el centro una palabra escrita dentro de un cuadro marmóreo grabada a punzón. Sentado al rojo piano iluminado únicamente con la cálida luz de una lámpara incrustada en la maceta de mi cactus negro, sin perjuicio ni ruido, ni el eco de un público que me devuelva su silencio artificial, recuerdo la pared y me parece buen nombre para una preciosa melodía y poder ganar la ansiada Codorniz de Cristal.