No sé ya la cantidad de veces que os he dicho lo mucho que amo la cultura japonesa, y en especial su literatura, el medio que mejor nos muestra las similitudes y sobre todo las muchísimas diferencias que existen entre Oriente y Occidente. En ésta ocasión, se trata de un autor nuevo para mí, del que no había leído nada todavía: Junichiro Tanizaki. Tanizaki nació en Tokio en 1886 y falleció en 1965, además de novelas, escribió teatro y ensayos, y está considerado junto a Soseki, Kawabata y Mishima, uno de los autores japoneses más relevantes del siglo XX. Retrato de Shunkin es una novela muy breve de apenas 100 páginas donde Tanizaki nos cuenta la peculiar historia de amor de Shunkin y Sasuke. Shunkin es una niña muy bella y culta, perteneciente a una antigua familia adinerada de Osaka durante la era Meiji. A los 8 años se queda ciega, por lo que se volcará intensamente en sus estudios de música, llegando a ser una auténtica virtuosa del samisen (instrumento de cuerda). Sus padres le ponen de lazarillo a Sasuke, de 12 años, que proviene de una familia pobre. Éste se volcará en el cuidado de la niña, procurando atender hasta el más mínimo de sus deseos con un amor sin límites. A medida que ambos vayan creciendo, ella se convierte en maestra de música, y él en su discípulo, ella seguirá siendo su señora y él su sirviente, a pesar de que también les une otra relación, la de amantes. Se trata de una novela que consigue encogernos el corazón a medida que vamos leyéndola, ya que se entremezclan muchos sentimientos entre la pareja: amor, sumisión y sacrificio. Una historia de amor muy diferente a los cánones a los que nos tiene acostumbrados la literatura occidental, en la que el espíritu de sacrificio y la abnegación de Sasuke llegan en ocasiones a límites incomprensibles. Además, Tanizaki consigue darle un aura de realidad a la historia, ya que alude constantemente a un texto llamado Vida de Shunkin que le atribuye a Sasuke. En definitiva, es una novela que recomiendo fervientemente que leáis, una historia hermosa y a la vez muy cruel, que no podréis soltar hasta haber pasado la última página.