Revista Diario
La historia radical, que en desempeño ejecutivo siempre fue una tragedia para el país, se puede repetir en comedia, en una remake del delaruinismo, si ganara en 2011 Alfie. Desde la caída del yrigoyenismo, siempre que estuvieron en el poder, el radicalismo estuvo condicionado por la presión cuartelista por un lado y por su propia ineptitud, por lo otro. Con una visión democrática decimonónica y absurda, que ni el propio Alberdi concebía posible. Con el discurso de recuperar la “institucionalidad” como refiere Alfie, ligado a la predica del inefable consenso democrático, sólo se logra el statusquo social que, a vistas de la lógica capitalista, significa un real retroceso y aumento de polarización social: el “lapsus” que tuvo durante su lanzamiento a candidato presidencial el mes pasado, demuestra su debilidad (elegir prioridades: favorecer a los que más tienen, sic). Puede tener, en el fondo, buenas intenciones como tuvo Illía o su propio padre, pero no tiene agallas: de ahí su “¿error?” involuntario. Habrá que esperar su plataforma electoral, no obstante, basta leer sus declaraciones en ricardoalfonsin2011.com.ar: recuperar el dialogo, la calidad institucional. ¿qué se puede esperar de un tipo falto de identidad que utiliza los trajes y el bigote del padre y que repite la sanata demagógica de “con la democracia se educa, etc.”?
La nota la da cuando reclama “austeridad” por parte del gobierno. ¿A qué te referís, Alfie? ¿recortar el gasto público, como reclama Macri? ¿Cuál es la seriedad de un tipo que aún defiende el mamarracho demagógico y tramposo del 82%?
El que escribe, sea o no kirchnerista, sabe que la historia demuestra que la única alternativa progresista en nuestro país puede venir de la mano del peronismo (una curiosidad política que no deja de destacar cuando puede Torcuato Di Tella). La izquierda que está más allá del kirchnerismo sólo puede ser una burbuja insipida, solo puede ser propuestas de alguien que no está en la función ejecutiva. El radicalismo ni significa esa izquierda. Tampoco es declaradamente de derecha. No es nada. Y de la mano de Alfie, triste imitador de Raúl Alfonsín, la UCR es il morto qui parla.