ya fuera trabajo, amigos o familia” (Steven Spielberg)
Como Richard Samuel Attenborough nacías en Cambridge (Cambridgeshire, Inglaterra) el 29 de agosto de 1923.
John, David y Richard Attenborough Eras el mayor de los tres hijos de Frederick Attenborough, rector del University College de Leicester, y Mary Clegg. A los doce años te iniciabas en la interpretación, consiguiendo a los 17 una beca Leverhulme que te permitía asistir a la Royal Academy of Dramatic Art de Londres. Y con 18 años debutabas profesionalmente junto a tu hermano David.
Te asomabas por vez primera a la gran pantalla en 1942, bajo la dirección de David Lean y Noel Coward (también autor del guión) en “Sangre, sudor y lágrimas”, donde dabas vida a un joven fogonero. Venían después otros tantos títulos entre los que se encontraban “A vida o muerte” o “Dancing with crime”…
… y llegaba así tu primer personaje relevante, Pinkie Brown, el protagonista de “Brighton Rock”, hoy ya clásico del cine que estaba basado en la novela homónima de Graham Greene.
Tras servir en la Real Fuerza Aérea durante la Segunda Guerra Mundial, en 1945 contraías matrimonio con Sheila Sim, actriz inglesa con la que…
… unos años después, en 1952, formarías el reparto original de “La ratonera”, obra estrenada en Londres y basada en “The mousetrap”, de Agatha Christie.
Sheila y tú, tú y Sheila compartiríais también vuestra vida futura. Qué maravilla. Volvemos a tu carrera cinematográfica, Richard. Otros muchos títulos, entre los que se encontraban “Salida al amanecer”, “Brothers in law” o “Comando de la muerte”…
… te llevaban a 1960 y a tu primera producción cinematográfica, “Amargo silencio”, título en el que también aparecías como actor en el papel principal de Tom Curtis. Y a tu Lexy, junto a Jack Hawkins y Nigel Patrick y bajo la dirección de Basil Dearden, de “Objetivo: banco de Inglaterra”. Aparecías después en un pequeño papel en “Cuando el viento silba”, tu segunda producción para la gran pantalla…
… en “Juego para dos”, junto a Peter Sellers, y en “Noche de pesadilla”, de nuevo dirigido por Basil Dearden. En 1962 comenzabas a acariciar el proyecto de producir y dirigir una película sobre la vida de Mahatma Gandhi…. Y en 1963, bajo la maestra dirección de John Sturges, debutabas en el cine americano muy bien acompañado en el reparto por figuras de la talla de Steve McQueen, James Coburn, James Garner, Donald Pleasence, Charles Bronson y un larguísimo y extraordinario etcétera…
… dando maravillosamente vida a Barlett ‘Big X’, tu inolvidable personaje de “La gran evasión”. Un personaje y una actuación para la historia del cine.
Luego llegaban para ti otros clásicos como “Plan siniestro”, “El vuelo del Fénix” o “El Yang-Tsé en llamas”. Y otros títulos como “El extravagante doctor Dolittle”, “El código de los inmorales”, “Los pecados de la señora Blossom”, “La última explosión”, “El botín”, “El estrangulador de Rillington Place”…
Y llegabas así a tu Juez Arthur Cannon en la versión dirigida en 1974 por Peter Collinson de “Diez negritos”, por supuesto, de Agatha Christie, donde compartías cartel con figuras de la talla de Orson Welles, Oliver Reed o Gert Fröbe …
… a tu Comandante Swann de “Brannigan”, junto a John Wayne y Mel Ferrer…
… y a tu Mayor Lionel E. Roach de “Culpable sin rostro”, clásico de 1975 dirigido por Michael Anderson donde coincidías con Michael York, Christopher Plummer, Trevor Howard o Stacy Keach. Para entonces, Richard, te habías puesto ya detrás de las cámaras para dirigir “¡Oh, qué guerra tan bonita!” y “El joven Winston”…
… y en 1977 nos regalabas tu tercer título como director: “Un puente lejano”, un gran clásico del género bélico en el que brillaban actores de la talla de Dirk Bogarde, Sean Connery, Gene Hackman, Edward Fox, Michael Caine, Anthony Hopkins, James Caan, Maximiliam Schell, Liv Ullman, Laurence Olivier o Robert Redford. Y donde te reservabas un pequeño papel como actor.
Al año siguiente dirigías a un extraordinario Anthony Hopkins en “Magic”, historia basada en una novela de William Goldman, también autor del guión…
… y en 1979, bajo las órdenes de Otto Preminger, dabas vida en “El factor humano” al Coronel John Daintry, compartiendo cartel con John Gielgud, Derek Jacobi y Robert Morley. En este mismo año de 1979 decidías apartarte de tu faceta como actor para centrarte en la producción y dirección de películas. Y el primer título que nos regalabas era… Sí, ese maravilloso proyecto que comenzabas a acariciar allá por 1962…
“Gandhi” se estrenaba el 30 de noviembre de 1982 en Nueva Delhi (India). Una gran producción que contó, además, con un reparto de auténtico lujo: Edward Fox, Candice Bergen, John Gielgud, Trevor Howard, John Mills, Martin Sheen, Ian Charleson, Nigel Hawthorne…
… y, por supuesto, un magistral Ben Kingsley en el papel de Mahatma Gandhi. Sencillamente maravilloso.
Tres años después, en 1985, nos sorprendías y muy gratamente con esa pequeña delicia llamada “A chorus line”, una más que correcta adaptación cinematografica de la obra musical de mismo nombre estrenada en Broadway en 1975. Música de Marvin Hamlisch y letras de Edward Kleban, libreto de James Kirwood, Jr. y Nicholas Dante… Pura magia que tú supiste trasladar al celuloide y tranmitírnosla, a su vez, a través de la gran pantalla. “Apuesto por los sentimientos. El público está harto de tanto sexo sin sentido y de tanta violencia gratuita… Quiero un cine que genere debate, antagonismo, ira, o lo que sea, pero siempre relacionado con la decencia y las historias humanas”
Dos años más tarde, en 1987, nos ofrecías otro buen título: “Grita libertad”, historia protagonizada por unos magníficos Kevin Kline y Denzel Washington y basada en los libros “Biko” y “Asking for trouble” de Donald Woods.
En 1992 nos regalabas una maravilla ya con nombre de clásico: “Chaplin”, donde nos era contada la vida de una de las más grandes leyendas de la historia del cine, Charles Chaplin…
… al que daba vida en tu película un sublime Robert Downey, Jr. La extraordinaria banda sonora firmada por John Barry redondeaba este precioso título cinematográfico.
Un año después, en 1993, nos asomábamos de tu mano a “Tierras de penumbra”, otra maravillosa historia esta vez a través de unos espléndidos Joseph Mazzello, Debra Winger y Anthony Hopkins.
Y en este mismo año de 1993 volvías a la gran pantalla como actor a través de tu recordado John Hammond de “Parque Jurásico”, compartiendo cartel con Laura Dern y Sam Neil…
… y siendo dirigido por Steven Spielberg quien, antes de confiarle la postproducción de esta película a George Lucas para poder él centrarse ese mismo año en la dirección de “La lista de Schindler”, te solicitó la posibilidad de servirle como asistente de dirección de esta última, si bien finalmente no fue necesario.
Tras tu John Hammond, que volverías a interpretar cuatro años más tarde en “El mundo perdido”…
… nos regalabas en 1994 otro personaje tremendamente mágico: tu Kris Kringle de “Milagro en la ciudad”, remake del clásico de 1947 “De ilusión también se vive”. En 1996 dirigías a Sandra Bullock y a Chris O’Donnell en la bélica “En el amor y en la guerra”. También en este año aparecías como actor en “E=mc2” y en “Hamlet de Kenneth Branagh”…
… y como Sir William Cecil en “Elizabeth”, junto a Cate Blanchett, Geoffrey Rush y Joseph Fiennes. En 1999 dirigías a Pierce Brosnan y a Graham Greene (sí, claro, el actor) en “Búho gris”. Y ya en los años 2000, participabas como actor en telefilmes como “Los niños del tren” o “Jack y las judías mágicas: la historia real” y en la película “Puckoon”. También le prestabas tu voz a la narración en el original del documental de 2004 “Tres en el camino”.
Y en 2007 producías y dirigías tu último título para la gran pantalla: “Cerrando el círculo”, que contaba con Shirley MacLaine y Christopher Plummer como principales protagonistas.
A lo largo de tu extensa y fructífera carrera cinematográfica, Richard, recibiste un buen número de premios y nominaciones…
Fuiste galardonado en los Premios Oscar como mejor director por “Gandhi”, que se llevó además la estatuilla a mejor película, bajo tu producción. También obtuviste 3 Globos de Oro: como mejor actor secundario por “El Yang-Tsé en llamas” y “Doctor Dolittle”, y como mejor director por “Gandhi”, siendo además nominado en estos galardones como mejor director por “Grita libertad” y “A chorus line”. Dedicaste tu vida a las artes y a promover la educación. Fuiste patrón de diversas organizaciones solidarias y, a un tiempo, presidente de numerosas instituciones en el Reino Unido, entre otras, la Real Academia de Arte Dramático, donde estudiaste, o el Chelsea Football Club, del que fuiste aficionado toda tu vida. En 1976 recibías el título de Caballero del Imperio Británico, con tratamiento de “sir”. Y en 1993 accedías a la Cámara de los Lores con el título de barón Attenborough de Richmond-upon-Thames, el barrio donde viviste en Londres.
También fuiste nombrado Embajador de Buena Voluntad el 27 de octubre de 1987, beneficiando a la UNICEF con la recaudación de fondos de sesiones especial de “Gandhi” y “Grita libertad”. Fuiste elegido para el cargo de rector de la Universidad de Sussex el 20 de marzo de 1998, reemplazando al duque de Richmond y Gordon. Y el 13 de julio de 2006 tú y tu hermano David fuisteis destacados con los títulos de Distingued Honorary Fellows of the University of Leicester en reconocimiento a vuestra continuidad al servicio de la Universidad. También apareces como miembro honorario de la Universidad de Bangor por tus continuos esfuerzos en el mundo del cine. Muy, muy, muy tristemente, Richard, te nos ibas el pasado 24 de agosto a la edad de 90 años. Gracias por todo lo que nos has dejado aquí. Gracias por tu saber hacer, delante y detrás de las cámaras. Gracias por tu humanidad, por tu cercanía, por tu simpatía, por tu profesionalidad…
Mil gracias, Richard, por tu inmensa grandeza. Como actor, como productor, como director… Y como ser humano. “Cuando me dio el papel de Gandhi, lo hizo con mucha elegancia y alegría. Me trasladó una confianza absoluta y, como contrapartida, deposité en él una confianza absoluta hasta empezar a quererle. Yo, junto con millones a los que alcanzó gracias a su vida y trabajo, lo echaremos de menos profundamente” (Ben Kingsley)