El 15 de noviembre de 1890, en el seno de la encorsetada sociedad victoriana (concretamente en Lancashire), ve la luz por primera vez una niña a la que llaman Richmal. A base de esfuerzo y perseverancia logrará alcanzar un éxito y reconocimiento profesional a nivel internacional, aunque eso lo dejamos para más adelante. Ya desde joven dio muestras de su valía, pues logró que se le concediera una beca para ir a la universidad, donde obtuvo su licenciatura en lenguas clásicas en 1914. A partir de entonces comenzó a dar clases de literatura grecolatina en varios colegios, hasta que un ataque de poliomielitis en 1923 malogró su pierna derecha y le impidió continuar con su profesión.
Pero ya en 1919 había creado el personaje que alegraría su retiro, Guillermo el travieso (Just William en el original inglés), un niño incorregible de once años que junto a sus amigos chocaba con los límites que la sociedad del momento les imponía. Crompton publicaría 48 aventuras de Guillermo desde 1922 hasta 1970, obras que han inspirado a autores como Javier Marías o Eduardo Mendoza, y es que hay que apuntar que esta saga tuvo un éxito particular en la España del franquismo. Sin embargo, a pesar de la importancia de su literatura infantil-juvenil, la autora nos legó también un importante número de novelas para adultos que no lograron tanto alcance pero consiguieron ser relativamente conocidas, y en los últimos años la editorial Reino de Redonda ha recuperado para los lectores españoles alguno de estos escritos. Destacan, entre otros, Retrato de una familia e historias de terror como La morada maligna. Ya en su vejez esta prolífica escritora padeció cáncer y tuvo que someterse a una mastectomía, operación que no le permitiría tener descencencia propia; además, debido a su enfermedad hubo de aparcar su pasión por enseñar. Falleció el 11 de enero de 1969.
Un dato curioso sobre Richmal es que no utilizaba el apellido de su padre (un clérigo anglicano, Edward Lamburn), sino el de su madre, Clara Crompton. Otra curiosidad es que las aventuras de su viajero hermano Jack y las travesuras de su sobrino Tom sirvieron en parte para inspirar a nuestra autora, quien, cambiando de tema, llegó a participar en el influyente movimiento sufragista británico. Como veis, una persona con una vida de sabor agridulce a quienes miles de niños, jóvenes y adultos, siempre recordarán.