Título original: Riddick
Año: 2013
Duración: 119 min.
País: Estados Unidos
Director: David Twohy
Guión: David Twohy (Personajes: Jim Wheat, Ken Wheat)
Música: Graeme Revell
Fotografía: David Eggby
Reparto: Vin Diesel, Karl Urban, Katee Sackhoff, Jordi Mollà, Nolan Gerard Funk, Dave Bautista, Bokeem Woodbine, Raoul Trujillo, Antoinette Kalaj, Keri Hilson
Productora: Universal Pictures / One Race Productions
Traicionado por su propia especie y dado por muerto en un lejano y desolado planeta, aparentemente sin vida, el duro Riddick tendrá que luchar por la supervivencia contra depredadores alienígenas convirtiéndose en un ser más poderoso y peligroso que nunca.
Cuando vi el tráiler de esta forzada tercera parte, pensé que David Twohy, director y guionista de las dos anteriores entregas, Pitch Black y Las Crónicas de Riddick, se había limitado a fusionar elementos de ambas; la oscuridad y el tono survival de la primera, con la estética, la acción y el regusto de serie B -que intenta aparentar superproducción- de la segunda. Y así es, aunque esta fusión no le ha venido mal al conjunto, no me esperaba un refrito argumental de semejantes proporciones. Mi confianza en el cineasta, me hacía pensar, que además de contarnos una historia diferente, aunque fuera mínima, se guardaría un as bajo la manga.
Sin embargo, la sorpresa que Towhy ha preparado para esta forzada entrega, ha sido decepcionante. El guión escrito por él, desarrolla la historia en base a algunos acontecimientos de Pitch Black, pero la resolución, es bastante mala y de flojo factor sorpresa. No es que los anteriores fueran muy originales, pero el resultado final es inferior a lo ofrecido anteriormente.
En cuanto a los diálogos, en general son de inteligencia bastante insultante, si bien, algunas frases lapidarias esbozarán la sonrisa en nuestra cara, no por su originalidad, sino por sus salidas de tono e incluso de contexto.
Por otro lado, aunque sirve para ver un resurgir del personaje (lo más acertado de todo), han humanizado y civilizado a Riddick, que horror, es imperdonable. Antes de que alguien ponga el grito en el cielo, es cierto que el personaje siempre ha tenido un atisbo de humanidad y bondad, aunque fuera en el último instante. Pero lo de hacerse el simpático con sus raptores/victimas o ponerle una mascota y verlo jugar, como si fuese Mowgly en lugar de Riddick, ya es pasarse.
De todas maneras, amén de la confianza en el director, el reclamo principal seguía siendo el personaje de Richard B. Riddick, creado por Jim Wheat y Ken Wheat e interpretado por Vin Diesel. Actor que conocí con el susodicho personaje en Pitch Black, y que me pareció uno de los más carismáticos del cine de acción de los últimos años. Su arisco carácter, su egoísmo y antipatía en general hacia todo ser vivo, lo hacían realmente interesante. Pitch Black pasó modestamente por la cartelera, pero se encuentra en mi lista de películas de ciencia ficción favoritas.
La película empieza sin diálogos, tan solo la voz en off del propio Riddick relatando lo que ya sabemos "una vez me dieron por muerto...". Un comienzo bastante extraño que se alarga un buen tramo del film, pero que resulta prometedor.
Por primera vez, vemos a Riddick realmente doblegado, moral y físicamente, y cuando digo realmente, me refiero a que lo veremos totalmente destruido y machacado. Estado físico que nos resulta chocante e intrigante, y lleva a preguntarnos ¿Cómo un furiano con sus cualidades ha llegado a verse en ese estado tan deplorable? Por suerte no queda como una incógnita, a modo de flashback se establece un nexo con las aventuras de los Necromonger (aquí traducidos como Necrófagos) de Las crónicas de Riddick.
Ahora bien, esa unión termina por resultar un poco inútil e inservible al propósito, enfoque y argumento del resto de película. De hecho, éste es tan minúsculo, y la aparición de Karl Urban como Vaako tan escueta, que no influye en el resto del film, tan solo es un salto de línea entre ambas películas.
Volviendo a Riddick, toda la parte de su 'renacer' es un acierto, nos hará vibrar con sus pensamientos y reflexiones (amen de la mascota) que prometen devolvernos al mejor y letal de los furianos, lamentablemente no es así, no del todo. Muchas de las características del personaje se mantienen intactas, pero otras se diluyen en favor de un personaje más 'social' y menos agresivo de lo habitual, parece que se ha tomado un descafeinado de sobre.
Aunque, lo que termina de fastidiar el producto final, son todos sus rivales, dos grupos de mercenarios que parecen recién salidos de los boy scouts. ¡Vale! ningún rival tiene la categoría de Riddick, pero la falta de carisma de cada uno de ellos es insultante hasta para el peor de los furianos.
En el apartado técnico sigue muy de cerca a sus predecesoras, concretamente, los efectos digitales, se asemejan a lo visto en Las crónicas de Riddick, rozan lo mediocre en varias ocasiones, incluso, un poco por debajo de lo habitual. Atención a la mascota made in Asylum o los cromas cuando van en moto gravitatoria. Pero es algo totalmente asumible y perdonable si te gustaron las anteriores, sobre todo la segunda parte.
No es nada que deba sorprendernos, sabíamos a lo que jugábamos antes de entrar en la sala. El diseño de producción sigue estando muy elaborado, aunque puesto en práctica no sea tan efectivo, los escenarios y la indumentaria de los personajes sigue teniendo gusto a cartón piedra y porexpán, que junto con los cromas y los fondos pintados digitalmente no son lo más atractivo.
Pero todo se debe a una cuestión de presupuesto, imaginaros películas como Los Vengadores o Iron Man con el mismo presupuesto que ha tenido Towhy. En cuanto a violencia, tiene algún momento destacable que se acerca al gore, pero muy digerible entre el público estándar. La banda sonora sigue a cargo de Graeme Revell que orquestó las anteriores dos piezas, no hay nada destacable, pero respeta la tonalidad y el main theme que caracteriza e identifica a Riddick, usado en los momentos ideales.
Hay un tramo de película que se centra demasiado en ambos grupos de mercenarios, desviando la atención completamente de las acciones de Riddick, ralentizando el ritmo y llegando a aburrir, un tramo en el que ninguno de los mercenarios sabe que hacer realmente, ni siquiera con su propia vida, aunque a veces parezca lo contrario.
Como rivales de Riddick, además de los bichos pertinentes marca de la casa, tenemos al actor catalán Jordi Mollà (Bad Boys II) como Santana y a Matt Nable (Killer Elite) como Boss Johns, pero ninguno de los dos convencen.
Nable no destaca por encima de cualquiera de los bichos acuáticos, pero Mollà anda perdido todo el metraje, con reacciones tan inverosímiles como las de un infante. Incluso Thandie Newton en el papel de femme fatale de Las crónicas de Riddick resultaba más mortífera e impresionante que ambos mercenarios juntos.
Respecto al personaje de Riddick, lo único que merece la pena de su 'socialización', son las conversaciones entre éste y Dahl, la fémina del grupo interpretada por Katee Sackhoff (Battlestar Galactica). Sucias conversaciones de lenguaje explicito, que reafirman la salvaje e incontrolable atracción de Riddick por el sexo opuesto, algo sutil en las anteriores, y aclarado aquí, aunque resulta raro un lenguaje tan 'soez' en una producción tan comercial. Como era previsible el final queda más abierto que una parturienta, pero yo me pregunto ¿si ahora tenía mascota, en la próxima tendrá mujer, hijos y una casa en el campo?. El film tiene momentos rescatables de la hoguera. Pero es una subasta en la que no pienso pujar.
Puntuación
Publicado por
Machete
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20:36
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2.5 Estrellas,
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Machete
Ayer era un hombre decente viviendo una vida decente.
Ahora es un brutal salvaje que debe masacrar para mantenerse vivo.