Paisaje que contemplamos mientras cenamos en La Caseta del Migdia
Hace unos días me llevaron a un rincón divertidísimo y quasi secreto de Barcelona donde la desconexión de la urbe, la tranquilidad y la alegría reinan durante toda la noche. En la Caseta del Migdia, en un mirador de Montjuïc cenamos una sardinada bajo los pinos y con el puerto de Barcelona iluminado a nuestros pies mientras cantábamos los grandes clásicos de la rumba...
Ganas de pasarlo bien, dejar la vergüenza en casa y hambre son los requisitos para hacer la reserva ya que la combinación de unas sardinas hechas con cariño al fuego, la música de fondo y los bailes de los que comparten velada contigo en la Caseta lo hace muy entretenido.
Un lugar para descubrir una nueva Barcelona donde Marc velará por vosotros, cantaréis a pulmón "Amigos para siempre" y os sentaréis sobre unas cajas de cerveza Moritz disfrutando de una cena única en la ciudad.
La Caseta del Midgia a plena tarde y bajo la sombra de los pinos.
Los cantantes de rumba en directo que harán de vuestra noche la más divertida. Foto via