Rincones con encanto: Colanga y Palo Monton

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Colanga

Desde el mirador del Shiriculapo (pronto os hablaré de él) se observa en todo su esplendor el bosque seco del Valle de Playas y Casanga, rico en vegetación endémica por todos los costados.
En la solemne visión de esta inmensidad andina se observa serpenteante la vía de tercer orden hacia asentamientos aislados en medio de la vegetación durante todo el recorrido de 13 km, hasta la aldea de Palo Monton, pasando antes por Colanga y su iglesia rodeada de plantaciones de maíz.

Iglesia de Colanga

Se entra por el desvío existente en el Barrio del Progreso, y durante dos horas se camina por una delicia de paisaje mientras se deja atrás la imponente visión del “skyline” de Catacocha, formado por el Shiriculapo, la Cruz del Calvario y las antenas que coronan la falla geológica donde se asienta la cabecera cantonal.
Paz, tranquilidad, conexión con la naturaleza, mientras haces la ruta a un paso normal y sin parar de apretar el gatillo de la cámara fotográfica, que empieza a echar humo abrumada por tan excelso paisaje natural.

Colanga se nos presenta dormida con su urna dedicada a la Virgen del Carmen y la sorpresa de su iglesia inmersa en la vegetación, rodeada de huertos repletos de plantación de maíz ya recogido, así como de piñas que saltean toda la subida hacia el templo, al cual se adhiere una construcción con grandes corredores propia de la arquitectura patrimonial de la zona.

Iglesia de Palo Monton

A escasos kilómetros, Palo Monton luce su iglesia nada mas llegar, sirviendo de centro poblacional a las dispersas construcciones coloniales que rematan en la Escuela de Educación Básica “Miguel Valdivieso”, donde su cancha sirve de continuación a la vía hacia mas recónditas aldeas adentradas en el valle, pero eso lo dejamos para otro día…
Impresionante la ruta tan cercana a Catacocha repleta de belleza natural y paisajística, para concluir en la visita a estos dos oasis de tranquilidad y paz convertidos en verdaderos rincones con encanto.