Revista Cine
Wild River, río salvaje, hace referencia al río Tennessee.
La película empieza con la declaración a la televisión americana de un padre que ante una crecida del río ha perdido a su familia. Y es bueno que Elia Kazan centre ya el tema sobre el que va a girar la historia. Porque nuestro protagonista, Montgomery Clift, pertenece a la TVA, Autoridad del Valle del Tennessee, un departamento del gobierno que tiene que acometer modificaciones en el río y para ello tiene que expropiar algunos terrenos. Pero una anciana se niega a vender su propiedad, se niega a ser expropiada.
Montgomery Clift, como si de un explorador del siglo de oro español se tratara, entra en la propiedad de la abuela con la intención de convencerla de que desaloje, porque si no se verá enterrada por las aguas, ante la inminente construcción de un pantano. Pero lo que consigue Clift es ser lanzado al río por uno de los hijos de la señora.
Posteriormente, el menudo Clift volverá a intentarlo, hablando con los miembros de la familia de la mujer, y con los trabajadores negros de la misma. Y encontrará una aliada en Lee Remick, que es nieta de la anciana. Clift y Remick inician una aventura amorosa que le servirá al enviado de la TVA como intento de que la joven influya sobre su abuela.
La relación entre Clift y Remick es rara en todos los sentidos. Ella es una viuda joven que tiene ya un pretendiente, pero que lleva 3 años de viudedad sin tener sexo. Y él es un personaje peculiar por su aparente debilidad física y por una especie de conflicto personal, por una lucha consigo mismo sobre si quiere formar una familia o no.
Toda esta situación, ya complicada, se complica aún más porque Clift quiere emplear en los trabajos en el río a trabajadores negros y quiere pagarles lo mismo que a los blancos, lo que hace que se gane la enemistad de los terratenientes lugareños
Clift será “invitado” en varias ocasiones a largarse del pueblo, con alguna que otra paliza incluida, pero afortunadamente “no llegará la sangre al río” y el enviado de la TVA cumplirá su cometido de desalojar a la anciana, aunque, eso sí, con ayuda de las autoridades, y además terminará dulcemente su relación con Reemick.
Lo importante de la película es el enfrentamiento entre dos Américas, la del progreso, representada por Montgomery Clift, que en aras del bien general está dispuesta a acabar con los individualismos, y la América más tradicional, representada por la anciana, que antepone al interés general, su amor por la tierra dónde se ha criado y dónde ha dejado su “sangre”.
Como es de suponer, en 1960, que es cuando se rodó la película, lo que triunfa es la América del progreso, y queda magistralmente de manifiesto en la escena final dónde se ve a Clift y a Reemick, con los hijos de ésta, en un avión, dejando atrás la isla de la discordia que no quería vender su abuela, y topándose con el nuevo pantano que se ha construido.
This is the new America.