Este intrépido ‘sabueso’, creado en 1883 por Arthur Conan Doyle, era capaz de resolver los casos más difíciles e insospechados junto a su fiel colaborador John H. Watson. Lo hacía siguiendo siempre un esquema parecido: mediante un concienzudo análisis del lugar de los hechos y un exhaustivo estudio de la víctima, así como de las circunstancias que lo rodeaban. La inteligencia, un hábil uso de la observación y el razonamiento deductivo eran sus efectivos métodos.
Pues bien, ¿qué pensaríais si os dijéramos que existió un hombre real que combinó las clásicas dotes de Sherlock Holmes con las aportaciones de la psicología y la ciencia forense de nuestros días? Pues lo hubo. Y todo comenzó como un juego…
Pero… ¿quién era?
ROBERT RESSLER.
“Detenedme antes de que mate otra vez, no puedo controlarme”. Éstas eran las palabras garabateadas con pintalabios en una pared. El autor de tal macabra pintada era William Heirens, un estudiante de 17 años de Chicago que mató y violó a una niña y dos mujeres en 1946.Aquel año, Robert Ressler, con tan solo nueve años, montó su propia agencia de detectives. Su misión: capturar al asesino del ‘pintalabios’. Nuestro personaje, inquieto por naturaleza, quería entender cómo una persona podía llegar a cometer aquellos brutales crímenes. Su objetivo era el de entrar, nada más y nada menos, en la mente del asesino y descubrir sus motivaciones.
Tiempo después, Ressler emprendió su carrera como investigador militar en el ejército norteamericano. En la milicia aprendió métodos para capturar a los criminales y entendió que si lograba entrar en la mente de un asesino podía predecir y, en consecuencia, evitar, su siguiente y trágico paso. Un razonamiento que le condujo aestudiar Psicología y le dirigió después a la Criminología.
Cuando abandonó el ejército, Robert Ressler tenía claro que quería trabajar con los mejores y eso significaba sólo una vía: ingresar en el FBI. Ansiaba combinar su conocimiento del comportamiento criminal y la psicología.En 1970, Robert Ressler alcanzó su objetivo. Y eso, a pesar de una furibunda oposición interna, ya que en aquella época, estamos hablando de hace más de 40 años, se consideraban mucho más importantes las pruebas concretas que las conclusiones psicológicas.
Robert Ressler consiguió así convertirse en “un agente formidable. Él era un gran investigador. Era el tipo de persona con la que los criminales querían hablar. Fue un gran maestro. No tenía miedo a entrar en áreas donde nadie se había introducido antes en la criminología. Avanzó la ciencia y el arte de perfiles criminales y educó a muchos que no tenían conocimiento de la mentalidad criminal. Pero, por encima de todo, él era un ser humano, nos hacía ver que debíamos hacer todo lo posible para resolver crímenes y salvar a las víctimas de delitos”, nos cuenta Joe Navarro, un ex agente del FBI que trabajó con Ressler.
Asesino en serie
Robert Ressler inventó el término ahora tan empleado de ‘Serial Killer’ – asesino en serie-. Lo hizo para conceptualizar a aquella persona que asesina a tres o más personas en un periodo de tiempo que suele oscilar entre los 30 días o más, dejando un tiempo de ‘enfriamiento’ entre cada asesinato, durante el cual no vuelve a sentir necesidad de cometer un crimen ya que se recrea en el que acaba de cometer. El agente del FBI dividió científicamente a estos monstruos en ‘organizados’ –los que planifican sus crímenes- y ‘desorganizados’-de brutalidad casi sin límites, fruto de su descontrol e improvisación-.
Los perfiles criminales
Otra de sus insignes aportaciones estuvo relacionada con uno de esos conceptos tan en uso actualmente, el de ‘perfil criminal’. Describía esta acción como la construcción de un mapa de la mente del asesino a través de aquellas características que permiten establecer unos patrones de conducta, y conocer el porqué y hasta dónde es capaz de llegar un asesino en serie. Era una herramienta más de las que había en la caja de este afamado investigador.
Para forjarse las teorías que le ayudarían a la construcción de los perfiles de los sospechosos, Ressler entrevistó exhaustiva y concienzudamente, a lo largo de muchísimos años, a cientos de asesinos. Entre ellos, se encuentran algunos de los más famosos de la historia americana: Ted Bundy, Jeffrey Dahmer, John Wayne Gacy, David Berkowitz, Edmund Kemper, Charles Manson, etc.
Una importante experta en esta materia es la perfiladora criminal María Laura Quiñones Urquiza, quien nos define a Ressler como “un valiente, revolucionario y con la humildad suficiente para entender que las respuestas no las tiene siempre quien cree tenerlas”.
Unidad de Análisis de la Conducta
Otro de los logros de Robert Ressler fue la creación de la unidad en la que ficticiamente trabajan muchos de los protagonistas de las series más vistas en nuestros días, tipo ‘Mentes Criminales’. Fundó en los años 70, junto a otros agentes del FBI, la Unidad de Análisis de la Conducta, en Quantico, Virginia. Fue el principal experto del FBI en la elaboración de estos perfiles criminales, en la mayoría de los casos, determinantes para atrapar a asesinos y violadores en serie. Fue también el principal responsable del FBI en negociación de rehenes y evaluación de la escena del crimen.
Podría hacértelo pasar muy mal
Ressler siempre recordó el miedo que pasó durante una de las entrevistas que realizó en la cárcel de Vacaville- California- al asesino en serie, de 2,05 metros de altura y más de 136 kg, Ed Kemper –‘serial killer’ que acabó con la vida de sus abuelos siendo niño y que, cuando salió del reformatorio, mató a otras ocho personas, entre ellas su madre-. Kemper mataba, decapitaba y descuartizaba.
Durante aquella entrevista, debido a un ‘peligroso’ despiste, Ressler se quedó a solas con este monstruo. “Y si ahora se me cruzaran los cables. ¿No crees que lo pasarías mal? Te podría arrancar la cabeza y ponerla sobre la mesa para que el guardia la viera al entrar”, le espeto en aquel momento el gigante asesino. Felizmente, aquello sólo quedo en anécdota.
Asesor de películas muy famosas
Ressler fue asesor de series de televisión y películas relacionadas con los asesinos en serie como American Psycho o El Silencio de los Corderos, mítico largometraje en el que Anthony Hopkins daba vida al temible asesino Hannibal Lecter, personaje ficticio basado en Ted Bundy, un ‘Serial Killer’ de los años 70 que asesinó en Norteamérica a más de 35 mujeres. Ted Bundy se ofrecería en 1983 a colaborar con el FBI en la investigación del asesino del Río Verde, Gary Ridgway, que finalmente fue condenado por el asesinato de cuatro mujeres.
Desde su retiro del FBI en 1990 hasta su muerte en el año 2013, Ressler prestó asesoramiento a la policía de diversos países en la investigación de asesinatos en serie: “El que lucha con monstruos debería evitar convertirse en uno de ellos en el proceso”.
ARTÍCULO REVISTA ONEMAGAZINE: http://www.onemagazine.es/noticia.asp?ref=18917&cadena=SHERLOCK&como=2