Revista Cultura y Ocio

Rosalía

Publicado el 31 diciembre 2019 por Plasnisk

Rosalía

Comprando grammys
En el aeropuerto

Rosalia Villa Tobella más conocida como Rosalía, es una poligonera choni y un producto prefabricado sobrevalorada hasta limites absurdos que canta como un perro afónico.
Está endiosada y con unos aires de diva que maneja en los conciertos son como si estuviera a la altura de Rihanna y Madonna juntas.
Musicalmente no vale nada, solo es un personaje creado con dinero de vaya a saber de que procedencia, desde los estertores de la mediocridad y la decadencia más absoluta de la industria discográfica.
Nos han vendido que es un fenómeno internacional. No lo es. Pero la gente y muchos periodistas y becarios mediáticos se lo han tragado.
Tiene una voz que es un constante desperdicio de afinación y con una pronunciación indescreptible. Y por no hablar de su infumable batiburrillo que algunos llaman música.
No aguantará el paso del tiempo al igual que el resto de musiquillas midi secuenciadas y repletas de autotune que la rodean. Sólo es cuetión de tiempo que la industria musical se canse y pongan a otra en su lugar.
La sobreexposición hará que, como a Las Ketchup, desaparezca y nunca más remonte el vuelo.
Biografía

Rosalía

Tu sí que no vales

Desde pequeñita, empieza haciendo las cosas regular o, al menos, no de forma excepcional.
En 2008 se presentó a Tú sí que vales, el talent show de Telecinco, Hacía lo mismo que ahora, cantar insulsamente desafinada y dar palmas. El jurado compuesto entre otros por Ángel Llacer, Javier Sardá y Noemí Galera suspendieron su actuación.
Ni tenía talento en ese momento ni lo tiene ahora.
En 2017 sacó un disco llamafo Los Ángeles con voz insulsa y palmitas y no la conoció ni siguió ni Dios. Y eso que era mejor.
Vendió poco, pero el interés se tradujo en un buen número de actuaciones.
En 2018 sacó El mal querer, un disco exactamente igual al anterior, incluso un poco peor.
Pero algo cambió. Las elites del Nuevo Orden Mundial vieron potencialmente una marioneta para promover la segunda fase de la agenda, el feminazismo, falsa violencia de género y criminalización del hombre por ser hombre. Al igual que Bebe hizo en su día.
También ayudó el que sea catalana, potenciándola para justificar una cierta "superioridad" por encima del resto español y en el momento que los amos del invento lo crean oportuno, hacer que se posicione a favor de la independencia.
Pasó de la nada, de hacer colaboraciones con el matao de C Tangana a reunirse con Tim Cook (CEO de Apple).
Las carátulas de sus discos apestan a simbología masona.
Para hacer que el personal se lo tragara todo, salieron con el viejo truco de que estaba arrasando en Estados Unidos cuando no era verdad y muchos se lo tragaron.
Incluso untaron a Jaime Altozano para que dijese que su mierda de música era equiparable a Beethoven, Bach o Mozart.
Derrepente estaba Rosalía hasta en la sopa.
Aquel disco (Malamente) que era una bazofia, ganó dos Grammy Latinos a escasos 15 días de salir. Y todo el mundo se lo tragó
Eran Grammys latinos, no los de verdad. Los latinos tienen su aquel a la hora de concederlos (hay mucha política, por decir algo diplomático). Pero se habla de estos galardones obviando lo de "latino".
Este disco se vendió más que el primero, objeto de una campaña masiva de marketing, pero bastante menos de lo esperado. Y no parece haberse traducido de momento en contrataciones. Su gala más importante fue un playback gratuito en la Plaza de Colón en Madrid o aquella actuación en los devaluados premios Goya. Haciendo una pretenciosa versión de un clásico de Los Chunguitos.
En la gala de los 40, no tenía voz y se quedaba corta cantando.
Por si aun le queda dudas, otro ejemplo fue cuando tomó una canción callejera, de arrabal, y pretendió elevarla al gusto de las mentes bien pensantes que era un mojón. Una vez más consiguieron engañar a los ignorantes. Esos mismos que en sus notas de prensa escribieron que “recibió el aplauso incluso de sus autores originales”. Dos autores que están muertos. Ambos. Seguramente confunden autores con artistas. Si es así, no hay mejor prueba de la ignorancia de quienes escriben alabandola.
Fuera de España no ha aparecido en ninguna lista de éxitos. Ni en las de los más vendidos, ni en las de streaming, ni en las de las canciones más radiadas.
Nos han vendido lo del anuncio en los luminosos de Times Square. Pero no nos han contado que son propiedad de Sony (su discográfica) o que a Kim Kardashian le gusta el disco. Como si fuera una opinión relevante. La opinión de una hortera siempre será una horterada.
Decadencia
Rosalía
Pero la cosa va desinflandose.
Desde que publicó El Mal Querer no ha hecho nada más que ir cuesta abajo.
Sus últimos singles no tienen esa influencia flamenca que tanto la caracterizó en un primer momento y resultan demasiado comerciales.
Incluso los modelitos que sacaba en sus primeros conciertos por España, que eran espectaculares, ahora son bodies de Aliexpress.
Últimamente lo único que vende son
exclusivas de si se ha teñido de rubio, que si usa un abrigo de piel, se folle a Vox y sus votantes o sus putas uñas.
Parece que su equipo ya no sabe que hacer para que se siga hablando de ella y no caiga en el olvido.
Si objetivo era crear un falso clima de éxito lo han logrado. Pero el buen marketing busca la rentabilidad. Y el humo es deficitario. A corto y largo plazo. El tiempo dictaminará sentencia

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