La sinopsis es descabellada y cuenta la historia de Robert, un neumático con poderes psíquicos (sí, sí, no he perdido la cabeza...) que, después de contemplar una pila de ruedas quemadas, decide vengarse de la humanidad. Pura demencia hecha celuloide y prueba de que en esto del cine todavía hay filones por explotar, aunque la verdad es que el film tiene pinta de frikada cutre de dimensiones épicas. Ni el póster que han publicado ahora, con un tufillo ochentero bastante resultón, hace que la pinta de la peli mejore...
