Revista América Latina

Rusia, día 22: no te apures, de seguro cae un gol

Publicado el 10 julio 2018 por Javier Montenegro Naranjo @nobodyhaveit

Francia tuvo oportunidad de hacer el segundo, el tercero, incluso un cuarto, pero prefirió sentarse a esperar. Un acto de suprema valentía, conformarse con un único gol frente a Bélgica, confiar en tu zaga, en tu portero, en los once jugadores que defienden y dilapidan ocasiones por igual. Francia hace lo justo, no en sentido poético o de justicia, sino lo justo para ganar. Sin excesos, con alguna floritura, mucha entrega, y nada más. Francia me recuerda a Cuba, que espera sentada a ver qué pasa, si basta con el socialismo para seguir viviendo, o si alguien viene y lo derriba en un final inesperado.

Hazard lo intentó de todas las maneras. De Bruyne igual. Hay murallas insuperables. Muros que se ven desde la Luna, parecen el non plus ultra, hasta que un día caen. Y uno se pregunta cómo Argentina les marcó tres en octavos sin jugar a nada. En el fondo, Francia tiene suerte. Bélgica no, Bélgica tiene talento, y a los talentosos, pocas veces se le otorga la gracia de la victoria. Es más larga la lista de los grandes jugadores que no ganaron, que la de los campeones. También es cuestión de lógica, si juegan 736 futbolistas un mundial, y lo ganan 23, solo dos o tres estrellas podrán llevarse la miel a los labios.

A mi esta Francia me da un sueño terrible. Quizás a sus rivales también y por eso ganen. Tal vez por eso terminen campeones del mundo. O tal vez lo justo, esta vez poético, acabe con ellos en la final. Ojalá que no, no hay nada más aburrido en el mundo que las victorias justas y merecidas. Ni el propio juego de los franceses provoca un bostezo tan rápido como lo previsible.

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