«VIVIR CON POCO» Cap. 5
¡Hola a todos! Hoy quiero compartir con vosotros mi último vídeo del primer mini-curso online «Vivir con poco». Como os he ido contando en los cuatro vídeos anteriores, éste era mi primer acercamiento al mundo del vídeo-blog. Nunca antes me había puesto ante una cámara y siempre me ha dado bastante corte. Por eso considero este primer cursillo como una especie de autoterapia, una manera de enfrentarme a mis miedos, de superarlos y sobre todo, de ponerme en marcha en vez de sentirme paralizada. Sé que la calidad técnica no ha sido la mejor hasta ahora, aunque el sonido lo he mejorado bastante en este último vídeo, como podréis apreciar.
En este último capítulo de «Vivir con poco» estoy haciendo una especie de conclusión a lo que desde mi punto de vista significa vivir de una manera distinta o menos típica. Os he hablado de cómo mejorar nuestra autoestima en cuanto a nuestra percepción del éxito (¿ser o tener?); de cómo motivarnos conociéndonos más a fondo y estableciendo objetivos, a la vez que cumplirlos; de cómo enfrentarnos a emociones negativas que surgen en momentos de dificultad o de crisis; y sobre todo, de cómo dejar de culparnos por nuestros errores.
Ahora toca lidiar con otro gran “enemigo”: la Incertidumbre. Y es que cuando una crisis se produce, cuando hay cambios constantes, cuando nada es seguro, nos sentimos perdidos. Me siento perdida. Y sentirse así durante mucho tiempo cansa y desespera. De esto os hablo en este vídeo de 5 minutos: de cómo no exasperar, de cómo aprender a vivir con la incertidumbre.
Como una amiga mía ha dicho hace poco: antes la gente vivía en el campo y trabajaba de sol a sol, estaban expuestos al azar, al mal tiempo, a los temporales… nada era seguro. Podían pasarse el año trabajando y perder de repente toda su cosecha. Y sin embargo no dejaban de tener casas, criar hijos… por miedo a que mañana pudieran perderlo todo. Ahora lo queremos todo fijo, todo seguro: trabajo fijo, seguridad social… y es maravilloso que tengamos ciertas garantías, pero la vida no deja de darnos sorpresas, especialmente en los tiempos que corren.
Es muy difícil vivir así, pensando que mañana puede cambiar tu vida. Pero también algo positivo nos trae esa inseguridad: flexibilidad, adaptación, renovación. ¿Y a vosotros cómo os afecta la incertidumbre? ¿Os dejáis llevar y aprovecháis las oportunidades que van surgiendo en el camino u os sentís desanimados y sin ganas de avanzar? Yo he pasado por ambas etapas, así que os aseguro: de todo se sale.