Revista Sociedad

Sálvame o La parada de los monstruos

Publicado el 14 octubre 2011 por Losplatoscomoojos @platoscomoojos

Sálvame o La parada de los monstruos."Un sólo bien puede haber en el mal: la vergüenza de haberlo hecho", afirmaba el filósofo cordobés Séneca, hace cerca de 2000 años.Y todo este tiempo no ha hecho otra cosa, sino darle la razón. La historia no mejora y hasta este momento, incluso desde que comenzó el mundo, la zafiedad y el escarnio tienden a impregnar parte de nuestro ser. Quizás sea inevitable, no lo sé, sin embargo y en pasados no tan lejanos: el sentido común, la educación o el mínimo repudio de la vulgaridad, permitía alejarnos con firmeza de unos comportamientos por todos sabido que eran nocivos para crecer. Hoy, hay que estar alerta, pero esta salvedad y evidente sentido de la pulcritud, en detrimento de todos, pone en evidencia a una creciente mayoría de los que parece adolecer. Ahora estamos expuestos; el conjunto de la sociedad civil se infecta de un hedor nauseabundo, que no da tregua al espectador conformista y multiplica su extensión. El lugar y tiempo ya no son los mismos, es verdad, los gladiadores en la arena y las horcas públicas en la plaza central han dejado de sonar, pero el plató televisivo y la cohorte de garrapatas que lo ilustran han ocupado su lugar. Un sórdido maestro de ceremonias, carnaza y  prácticas contaminantes son su carta de presentación. Todo vale, el sátrapa triunfa y el esperpento puede hacerse valer, esa es la fórmula correcta, o al menos eso intentan hacernos creer.
La telebasura, el consumo vacio de contenidos y su simpleza más banal, son el ejemplo excelente de una televisión que modela a ritmo de torrente a una sociedad a la que pretende idiotizar. Sálvame y sus acólitos, se podría decir que son el mejor ejemplo de este producto nacional. Cuatro horas diarias de programa, porquería en directo repelente e inmunda, pseudoperiodismo vendido como una basura falta de cualquier ética o sentido crítico. Una fauna televisiva como protagonistas de un espectáculo convertido en rito, donde ídolos de barro se fagocitan unos a otros para lograr fama personal. Caricatura de si misma y culmen de lo mediocre, a veces es una mierda festiva tornada en Deluxe, que mi estómago decidido nunca ha logrado digerir. Peleas, insultos y demás chabacanerías dibujan su estética, mientras que sentimientos contradictorios no paran de aplaudir dentro de un circo bochornoso forjado a hierro en nuestra parodiada realidad.
La cultura del esfuerzo, el trabajo y la constancia, están siendo fuertemente devaluadas, provocándose un daño ya imposible de subsanar. Este cáncer se ha instalado entre nosotros, es una enorme vergüenza propia de tiempos olvidados que protegida por su audiencia, rezuma escoria sin el más mínimo pudor. La situación está jodida, y puede ponerse peor; pero hay que  navegar en aguas turbulentas, atender al decoro público y forzar la implicación necesaria de un gobierno del que se espera su actuación. Tenemos que conseguir una solución justa y coherente a un problema flagrante, que inoculado en nuestro pueblo, a buen seguro, en corto plazo, no nos permita progresar.
Nota: Los personajes de la película de Tod Browing en 1931, eran personas que padecían algún tipo de deformidad, nada tenían que ver con los monstruos que acabo de narrar.
A continuación videos relacionados:
Un día cualquiera en Sálvame.

La aplaudida y vergonzosa explicación de la historia según Belen Esteban.


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