Hoy con la muerte de la Reina de la música campesina Celina González, el noticiero del mediodía dedicó un largo y elogioso recuento a su trayectoria artística. Salvaron gaciosamente el hiato 1964-1980 en que Celina desapareció de la escena pública con un escueto “el dúo Celina y Reutilio desafortunadamente desapareció” o algo así. Lo cierto es que Celina emprendió una exitosa carrera de solista pero no se consideraba suficientemente representativa de la cultura revolucionaria, e incluso hubo un período en que sus grabaciones dejaron de pasarse por radio. Solo volvió a los medios al saberse de su inmensa popularidad en países como Perú y sobre todo Colombia, aún así su emblemático “Que viva Changó” continuó estando fuera de la radiodifusión hasta más tarde (no recuerdo cuándo) Tuve el privilegio de escuchárserla a capella, entonadísima y potente en casa del coreógrafo Víctor Cuéllar. Se lo comenté años después pues coincidí con ella y con Lázaro Reutilio en 1990 en los trajines de la compra de nuestro (supongo que el de ella, tampoco) difunto Aleko.