Samantha Vallejo- Nágera es una cocinera famosa por ser una de los jueces del infierno de Masterchef desde 2013.
Cuando está de vacaciones va ligerita de equipaje, ya que no necesita pesas para mantenerse en forma siempre que tenga bebés cerca.
Hija de El Mengele Español, Antonio Vallejo Nájera y hermana de Colate, uno de tantos cantamañanas españoles, se crió sin mucho apuro económico, ya que el jabón y lámparas con de piel las conseguía gratis su padre del trabajo.
Durante su infancia tuvo 5 gatos. Su primera comunión la celebró en un restaurante chino. Al día siguiente no tenía gatos.
Sus primeros experimentos en la cocina fueron bizcochos. Cómo le fue con ello, pues teniendo en cuenta que no se volvió a interesar por la cocina hasta los 19 años, pues calcule usted.
A esa edad, un amigo de su madre, le retó a trabajar en la cocina de un restaurante asegurando que no llegaría a terminar un solo día de trabajo. Vamos, que le vio pinta de vaga.
Pero estuvo trabajando durante dos años. Después de esto, pasó por Londres y por Francia, donde su madre le consiguió trabajo en el palacete de una Condesa octogenaria como au pair y, mientras tanto, hacía prácticas en restaurantes de La Toscana durante los fines de semana como cocinera e interprete de delfines.
Logró una plaza en la Escuela de cocina en Lyon, donde ganó el concurso final con un pato relleno de espinacas y cuscús con pasas. Casi mejor ni imaginarse los otros platos presentados.
Tras graduarse, recorrió el mundo A lo mochilero y vuelve a Madrid, donde en 1995 funda una empresa de Catering, con la que casi la caga cuando, por poco la contrata una empresa que le quería pagar en negro.
Esto le llevó primero a Canal Cocina y luego a MasterChef en TVE, donde desde 2013 interpreta papel de mala y seca. No tendríamos nada que objetar si al menos tuviese un poco de gracia o si fuese la única borde del grupo. pero no, los tres jurados de master Chef tienen la misma cara de estreñidos, por lo que no se diferencian entre sí.
Además es una nazi que se atrevió a decirle a su hijo que bailara con las chicas o llevarlo a los toros, atreviéndose impunemente a contradecir la ideología del Nuevo Orden Mundial.
El gran tribunal de la Haiga aún no se ha pronunciado sobre ello. Poco después fue amenazada con ser ingresada en un Campo de reeducación progre y se tuvo que disculpar.