"San Manuel Bueno, mártir", Miguel de Unamuno (1930)

 Que haya tardado tanto tiempo en volver a  leer a Unamuno es sin duda el fruto de nuestro magnífico sistema educativo, que fuerza a los alumnos a la lectura,  que cuando es querida puede ser un placer inmenso,  pero cuando no lo es,  se vuelve maldición que a muchos acompañará el resto de su vida. Y así no encontramos hueco para Calderón, ni para Galdós, ni para Valle Inclán ni para Unamuno y tantos más quedan por el camino..

 Sistema que veo por mi hija que permanece igual, convirtiendo la lengua y la literatura en un comentar y desgranar poemas que ni si sienten ni se entienden y emparejar autores con sus obras en una especie de Trivial que asegura que esas obras nunca serán voluntariamente leídas.

Esta pequeñísima nívola nos cuenta la vida de Don Manuel, cura del inventado pueblo Valverde de Lucerna, a quien adoran todos sus feligreses pues se desvive por ellos y para ellos es cura y  también labrador, sanitario y hasta maestro. Don Manuel, que con su comportamiento mantiene a todos en la fe y acompaña en el bien morir con la esperanza de la vida eterna. Don Manuel que esconde en su hiperactividad una profunda angustia y la certeza que no hay más vida que la que tenemos y que mantiene día a día la impostura para poder ofrecer consuelo y esperanza.

Poco texto. Mucha chicha. Tengo que dejar tanta gente rara y recuperar a los del 98.

Me alegro de volver a a verle, Don Miguel.