Lo echa de menos, pero por más que lo intenta, no da con el qué. Por eso no para de cavilar, dividido entre razón y añoranza. ¿Qué es aquello que echa de menos? Algo no le cuadra. Quebrado, debilitado de tanto discurrir y penar, multiplica sus esfuerzos por dar con la raíz del problema. Echa el resto buscando el hilo conductor, el común denominador de sus inquietudes, hasta perder de manera integral la razón, el sentido de la proporción. Finalmente, muere desesperado, dejando que la tierra acoja en su seno a este hombre sin solución.
Texto: Mikel Aboitiz