“Se lo había prometido al Rey”

(Susana Gaviña, Madrid, 02/06/2011)

El príncipe Czartoryski, dueño de «La dama del armiño», intercedió para que Polonia dejara que el cuadro viajase a España.

El príncipe Czartoryski fue ayer la otra gran estrella de la exposición «Polonia. Tesoros y colecciones artísticas», que inauguraron por la tarde Sus Majestades los Reyes y el presidente de Polonia en el Palacio Real. Propietario de «La dama del armiño» de Leonardo da Vinci, comprada por uno de sus antepasados, Adam Jerzy Czartoryski, para regalársela a su madre Izabela, Adam Karol Czartoryski explicó ayer que pudo «llegar a tiempo» para conseguir que el Gobierno polaco diera el visto bueno para que la obra de Da Vinci hiciera una parada en Madrid, antes de llegar a Berlín y a Londres, sus próximos compromisos expositivos.

«El Prado ya la pidió hace cuatro años, pero en ese momento no se dieron las condiciones», indicó. También hace cuatro años, cuando comenzó la organización de esta muestra, Patrimonio Nacional remitió su petición al Gobierno polaco, sin éxito. Sin embargo, hace tan solo unos meses, en abril, el príncipe Czartoryski supo de la situación e intercedió, «en un tira y afloja», para que «La dama del armiño» pisara por vez primera suelo español. «Se lo había prometido al Rey», confiesa. De hecho, con este gesto, el príncipe Czartoryski parece saldar una cuenta con el país que acogió a sus padres —su madre estaba embarazada de él— en 1939. «Durante la II Guerra Mundial fueron arrestados. En aquellos momentos mi abuelo paterno, el Infante don Carlos vivía en Sevilla. Franco pidió la extradición de mis padres, que pudieron viajar a Italia, donde les ayudó Humberto de Saboya, que les puso en un barco hacia España y llegaron a Sevilla, donde nací yo. Por eso digo que soy sevillano-polaco —bromeó en perfecto castellano—, y soy un habitual de las capillitas de las hermandades de Semana Santa».

Espíritu e identidad polaca

La agitada historia de la familia Czartoryski no tiene nada que envidiar a la vivida por la obra de Leonardo da Vinci, en posesión de la familia desde 1800, que compartió los convulsos cambios que sufrió el país. Secuestrada por los nazis, emparedada dos veces, «la segunda vez la encontraron», y finalmente confiscada durante el regimen comunista en Polonia. En 1992, el príncipe recuperó, gracias a un decreto, todas sus propiedades y sus obras de arte. Desde entonces «La dama del armiño» ha visitado numerosos países, desde Estados Unidos a Japón, aunque nunca España.

Lo hace ahora como la guinda de una muestra que se compone de un total de 195 obras que realizan un recorrido por la historia de Polonia, «desde el medievo tardío hasta el siglo XVIII, que es cuando perdió su independencia, y dejó de ser la República de las dos naciones, que incluía territorios como Lituania y Bielorrusia», explica la comisaria de la muestra, Beata Bietronska Slota. La exposición reúne las grandes colecciones —Raczynski, Czartoryski, Lubomirski y Lanckoronski— que fueron creciendo durante esos siglos, «enriquecidas gracias al mecenazgo de la iglesia, la nobleza, la aristocracia y la burguesía. Unas colecciones que muestran el espíritu y la identidad polaca».

Hasta el 18 de agosto

La exposición, que se puede ver del 3 de junio al 4 de septiembre en el Palacio Real, excepto la obra de Da Vinci que permanecerá solo hasta el 18 de agosto para seguir viaje a Alemania, está distribuida en once salas en las que se pueden ver obras tan importantes como «Niña en un marco» de Rembrandt, la otra joya de la muestra; así como tapices de Bélgica, armaduras, monedas, medallas, documentos y mobiliario.

Organizada por Patrimonio Nacional, en colaboración con el Museo Nacional de Cracovia, la Fundación Banco Santander y Acción Cultural Exterior, nuestro país devolverá la visita a Polonia con otra exposición, «Tesoros del Patrimonio Nacional de España», que se inaugurará el próximo 12 de julio en Cracovia.