Hace unos días hablábamos de la influencia de los factores medioambientales en el autismo, se trataba de un estudio que apuntaba como un factor medioambiental o epigenético, entre otros, las condiciones del útero. Pues bien hoy conocemos un nuevo estudio desarrollado por expertos del Centro de Investigación sobre el Autismo de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) en el que se relaciona el nivel hormonal en el líquido amniótico y el riesgo de autismo en los niños, sobre todo en los varones.
Los investigadores desarrollaron el estudio con un grupo de 345 niños con y sin autismo, constataron que los que habían sido diagnosticados con el trastorno, en el líquido amniótico tenían un nivel más elevado de hormonas esteroides, concretamente se nombran la hormona del estrés (otro factor medioambiental relacionado con el autismo), la testosterona, el cortisol y la progesterona. Este hallazgo es difícil de interpretar y no es una prueba de que el nivel hormonal elevado provoque autismo (al menos por el momento). Consideran que es posible la relación, el autismo se podría haber generado en los niños expuestos a un nivel hormonal elevado mientras estaban en el útero materno. Lo que sí parece evidente es que existe algún tipo de conexión, esto obliga a desarrollar nuevos estudios para desvelar la relación.
Los investigadores especulan e indican que es posible que las hormonas esteroides hayan afectado al desarrollo cerebral del feto, un elevado nivel de esteroides podría cambiar la expresión de los genes, se trataría de un factor epigenético a añadir a la lista de factores que tuvieron en cuenta los investigadores del estudio nombrado al principio. Pero también podría darse el caso de que el nivel hormonal elevado sea el resultado de otro factor desconocido hasta el momento y que podría tener relación con el autismo aunque no fuera la causa.
Volviendo al estudio, los expertos utilizaron muestras de líquido amniótico almacenadas procedentes de madres que se habían sometido a una amniocentesis entre los años 1993 y 1999. Se realizó una comparativa de 128 muestras procedentes del líquido amniótico de niños diagnosticados con autismo con 217 muestras de niños que no padecían el trastorno. Parece ser que se excluyó a las niñas porque en la muestra muy pocas habían sido diagnosticadas con el trastorno del espectro autista, además existían otros factores que dificultaban la comparación de los niveles hormonales. Tras la comparativa se pudo constatar el nivel de hormonas más elevado en el líquido amniótico de los embarazos de niños autistas.
Algo que destacan los investigadores, el nivel es más elevado pero la diferencia es pequeña, ahora se trata de averiguar cuál es la razón de esta diferencia de niveles, quizá arrojaría algo más de luz sobre las causas del autismo. De momento los resultados obtenidos no tienen una aplicación práctica y esto no implica que las mujeres embarazadas deban someterse a una amniocentesis para verificar si su nivel hormonal es el correcto, por el momento no existen motivos para plantear un tratamiento con bloqueadores hormonales para la prevención del riesgo de autismo.
Se sigue investigando sobre el autismo y poco a poco se van descubriendo factores ambientales y cambios genéticos relacionados con el autismo, lo que muestra que este trastorno tiene muchos orígenes. Para los investigadores, el resultado puede considerarse como una evidencia más de que el autismo tiene su origen en el útero. Podéis conocer más detalles de la investigación a través de este artículo publicado en la revista científica Molecular Psychiatry (Nature).
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