¿Qué suceden con los libros? más allá del titular catástrofe de Clarín, se suele escuchar en las librerías como arremeten contra el soldado Moreno. Cuando se ladra tanto es porque se le acabó la joda seguramente a las editoriales multinacionales, aunque habría que tener más datos precisos al respecto para no salir a decir boludeses, como el argumento de Clarín que son retenidos en Clarín para medir la cantidad de plomo que poseen los libros y que no excedan la proporción que sea perjudicial a la salud...¡Si habremos leído en nuestras vidas libros y libros plomazos y sin embargo acá estamos!
Lo más pintorezco de la nota es, como siempre, la demonización de Moreno: claro, como nunca le pudieron encontrar ninguna acción non sancta, se lo tildó de violento, pero en la nota de Patricia Kolesnicov el secretario de comercio adquiere matices cuasi mafiosos, onda Tony Montana:
Pero esto empieza antes: esta periodista habló con una decena de editores. Fueron ellos los que contaron de las complicaciones para traer libros, los que explicaron por qué algunos no se imprimen en el país, los que calcularon que desde que hay restricciones los precios en las imprentas argentinas subieron 20% sobre la inflación, los que explicaron las complicaciones de la industria editorial. Pero ojo, dijeron. En off, por favor. No me nombres. No me aludas. Que a Fulano, que apareció, lo llamó Moreno y le dijo que no iba a traer ni un libro nunca más, no me nombres, que no me identifiquen.
A la mierda....
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