El cine es una industria, y como tal busca sacar beneficio de los productos que realiza, por lo menos en esto ocurre con la mayoría de las producciones cinematográficas. Aunque también es cierto que se trata de una industria inmisericorde que no duda en utilizar el último cargamento de caras famosas de la semana para embolsarse ganancias y después desecharlos como si nada, y esto es algo intrínseco al propio medio, no olvidemos como Griffith acabó convertido en un mendigo y Buster Keaton murió olvidado por todos. En Seducidos y abandonados, James Toback y Alec Baldwin se adentran en los entresijos del mercado cinematográfico para mostrar los engranajes de este glamuroso mundo.
Actor y director viajan al Festival de Cannes de 2012 para tratar de vender una película titulada El último tango en Tikrit. Teniendo en cuenta que Baldwin es un actor que lleva varios años encasillado en la televisión, que Toback no es especialmente conocido, que carecen de guión pero plantean su película como un montón de sexo sin sentido y que piden una elevada suma para la producción, no es de extrañar que todos eviten contribuir a ella.
El dúo no nos desvela nada que no sepamos de la industria del cine; por supuesto que es un mundo implacable en el que te utilizan y desechan en un abrir y cerrar de ojos, y que no resulta nada fácil vender proyectos, pero tampoco es que ellos parezcan intentarlo con especial devoción. Baldwin se lo toma constantemente como un juego de niños, una gracieta constante que nadie le ríe del todo. Por otro lado también tratan de hacer un homenaje al propio cine mediante entrevistas a grandes directores y actores acerca de sus propias experiencias e inicios, pero tratando de abrir diversos frente se dispersa un poco y no consigue ni una cosa ni la otra. No obstante el resultado es bastante entretenido, a pesar de su crítica facilona y mal llevada y de la excesiva música para rellenar el horror vacui, como si no tuviesen suficiente material con el que completar la hora y media, y resulta agradable escuchar a grandes artistas hablando del trabajo que tanto les apasiona.
Cameo edita exclusivamente en DVD este documental, sin extras alguno y con unos subtítulos bastante caóticos y mal organizados.