Si bien la seguridad alimentaria y el control biológico de plagas han sido conceptos siempre íntimamente ligados, en los últimos años este lazo se ha hecho mucho más fuerte que nunca, hasta el punto de convertirse en una cuestión prioritaria para la Unión Europea y otros muchos países desarrollados, todo ello debido al intento de mejorar la competitividad del sector agrario garantizando a su vez la seguridad alimentaria y la sostenibilidad de un planeta al borde del colapso.
Para aquellos que no estáis muy puestos en el tema, queremos explicar que el control biológico de plagas consiste en la utilización de organismos vivos, es decir, depredadores naturales con el fin último de controlar las poblaciones de otros organismos nocivos para los cultivos. Un buen ejemplo de ello, son los ejemplos llevado a cabo en temas de control de plagas en Sevilla, donde se están impulsando las producciones sostenibles llevando a cabo el control biológico de plagas en miles de hectáreas en la provincia.
Sin embargo, la nota negativa de este método de control de plagas en los últimos años está siendo la bajada de su efectividad, debido principalmente al cambio climático, pues merma la actividad de los enemigos naturales de las plagas y hace necesario el uso de productos no naturales para asegurar así la sostenibilidad del negocio agrícola a la vez que la seguridad alimentaria de los productos obtenidos.
En definitiva, podemos asegurar que el control de plagas biológico resulta ser un método bastante beneficioso con respecto a otro tipo de métodos más tradicionales y/o invasivos para el medio ambiente, y que se tratan de una buena opción a la hora de llevar a cabo un control de plagas en el sector agrario, pero que a su vez, éste ha de estar realizado y supervisado en todo momento por expertos en sanidad ambiental y seguridad alimentaria que vigilen y recomienden el llevar o no a cabo la acción, pues puede ser inútil en ciertas ocasiones debido al cambio climático. Es decir, una buena opción para nuestro control de plagas pero que no siempre es efectivo, por lo que lo mejor, como siempre, es ponernos en manos de los expertos en la materia.