Revista Opinión

Semejanzas entre Simón Bolívar y Gaddafi

Publicado el 25 febrero 2011 por Reven

Hugo Chávez ha dicho Lo que es Bolívar para nosotros es Gaddafi para el pueblo libio en un acto repugnante de realpolitik que deja en mal lugar a la revolución y a este hombre. Sobre mi opinión política acerca de estas palabras esperaré al final del post, pero antes me gustaría hablar de Simón Bolívar.

Simón Bolívar es un personaje legendario de la historia venezolana. Pero como todas las leyendas hay cosas que son ciertas y cosas que no lo son. Nadie negará nunca la importancia de su figura, de alcance histórico, pero quizás no tuvo una influencia tan positiva como se habla en los discursos y actos políticos de Venezuela.

Bolívar nació en el seno de una familia mantuana, es decir, formaba parte de la nobleza criolla -descendiente de la nobleza española pero nacida en Las Américas-. Tuvo una buena educación, a los 14 años se le envió a Europa, pasando primero por España y luego por Francia, donde tuvo la oportunidad de ver la coronación de Napoleón. Simón regresó a Venezuela en el año 1809 y en abril, momento en que estalló la revolución, se negó a adherirse a ella, no siendo hasta 1811 cuando se une militarmente a la revuelta a instancia del General Miranda que por aquel momento era el mayor líder de la guerra de independencia.

Simón Bolívar estaba al cargo de la mayor plaza fuerte que tenían en poder los independentistas en aquellos momentos: Puerto Cabello:

Cuando los prisioneros de guerra españoles, que Miranda enviaba regularmente a Puerto Cabello para mantenerlos encerrados en la ciudadela, lograron atacar por sorpresa la guardia y la dominaron, apoderándose de la ciudadela, Bolívar, aunque los españoles estaban desarmados, mientras que él disponía de una fuerte guarnición y de un gran arsenal, se embarcó precipitadamente por la noche con ocho de sus oficiales, sin poner al tanto de lo ocurría ni a sus propias tropas, arribó al amanecer a Guaira y se retiró a su hacienda de San Mateo. Cuando la guarnición se enteró de la huida de su comandante, abandonó en buen orden la plaza, a la que ocupade inmediato los españoles al mando de Monteverde. Este acontecimiento inclinó la balanza a favor de España y forzó a Miranda a suscribir, el 26 de julio de 1812, por encargo del congreso, el tratado de La Victoria, que sometió nuevamente a Venezuela al dominio español. El 30 de julio llegó Miranda a La Guaira, con la intención embarcarse en una nave inglesa. Mientras visitaba al coronel Manuel María Casas, comandante de la plaza, se encontró con un grupo numeroso, en el que se contaban don Miguel Peña y Simón Bolívar, que lo convencieron de que se quedara, por lo menos úna noche, en la residencia de Casas. A las dos de la madrugada, encontrándose Miranda profundamente dormido, Casas, Peña y Bolívar se introdujeron en su habitación con cuatro soldados armados, se apoderaron precavidamente de su espada y su pistola, lo despertaron y con rudeza le ordenaron que se levantara y vistiera, tras lo cual lo engrillaron y entregaron a Monteverde. El jefe español lo remitió a Cádiz, donde Miranda, encadenado, murió después de varios años de cautiverio. Ese acto, para cuya justificación se recurrió al pretexto de que Miranda había traicionado a su país la capitulación de La Victoria, valió a Bolívar el especial favor de Monteverde, a tal punto que cuando el primero le solicitó su pasaporte, el jefe español declaró: “Debe satisfacerse el pedido del coronel Bolívar, como recompensa al servicio prestado al rey de España con la entrega de Miranda”.

Karl Marx - BOLÍVAR Y PONTE (1858). Enlace al texto original.

Traición y cobardía. De esta manera Bolívar acabo con la carrera de quien probablemente fuese el dirigente más hábil y exitoso de aquella revolución. Pero ahí no acaba su carrera como cobarde manifiesto sino que antes de que la zona pudiese darse finalmente por liberada de la opresión española Bolívar se tomo las molestas de huir de 17 campos de batalla en muchas ocasiones en superioridad frente a los españoles. De hecho a mitad del conflicto a fines de mayo de 1818 Bolívar había perdido unas doce batallas y todas las provincias situadas al norte del Orinoco. Todo un héroe, sobretodo si lo sumamos a su altruismo, puesto en prueba este cuando intentó ostentar el cargo de dictador de casi toda Suramérica.

La comparación con Gaddafi llega así a un punto interesante, ya que este hombre ha protagonizado una revolución -un golpe de estado más bien- y se ha proclamado dictador. Lo de la cobardía no lo podemos demostrar porque ahora los jefes de estado no dirigen ejércitos, prefieren bombardear manifestaciones con bombarderos que les venden los franceses.

Por tanto la afirmación de Hugo Chávez – que en sentido literal significaría algo así: “Gaddafi es tan cobarde, traidor, inútil y miserable con el pueblo libio como lo fue Simón Bolívar con nosotros”- podría no ofendernos lo más mínimo pero sabemos que no es eso lo que quería decir. En Venezuela, gracias a que la propaganda la escriben los vencedores -la historia la escriben los que tienen huevos, el resto es propaganda- la imagen de Bolívar es buena, así que la declaración del jefe de estado significa dar un espaldarazo a un opresor, algo que debería rectificarse a la mayor urgencia.

Me ha gustado muchísimo este artículo con el punto de vista de Santiago Alba Rico, que nos ha traido el amigo Picapiedra. Lo comparto plenamente.


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