Fue un arbitrio contributivo concedido por el papa Pío VII a la corona española el 12 de diciembre de 1806. Consistía básicamente en la potestad de vender la séptima parte de los predios de propiedad de las iglesias, monasterios, conventos, comunidades, fundaciones y órdenes militares a condición de indemnizar a los afectados con una cantidad equivalente a los beneficios producidos durante cinco años. La guerra de la Independencia impidió su práctica.