La mayor fuente de riesgo a la hora de contagiarse de una ETS (Enfermedad de Transmisión Sexual) viene dada porque, en el fondo, piensas que la cosa no va contigo. Y no eres la única que se olvida del sexo seguro. Sorprendentemente, en encuestas realizadas entre mujeres de 19 a 29 años, sólo el 10% opina que sí podrían contagiarse de una enfermedad de transmisión sexual; el resto (sí, ¡el 90%!) ni se lo plantea. Pero la realidad es que, si no te proteges y corres riesgos en el sexo, te puede ocurrir a ti, nos puede pasar a todas y, de hecho, a muchas les sucede.
Crees que no te va a pasar a ti
Es lo que le pasó a Cris, una decoradora de 25 años. El año pasado vivió un verano loco y, a principios de otoño, se notó unos bultitos rojos en la parte externa de los genitales. Lo comentó con sus compañeras de piso y, entre las tres, buscaron en Internet datos sobre ese síntoma. “Cuando comprobé que podría tratarse de un herpes genital, me asusté tanto que me paralicé –nos cuenta Cris–. Fueron mis amigas las que prácticamente me obligaron a ir al ginecólogo, porque a mí me daba vergüenza tener que contarle mis intimidades sexuales veraniegas por no haber tenido sexo seguro.
Lo peor no fueron los dolores y molestias que sufrí hasta controlar el brote, sino que me sentía como una apestada, me daba pavor contagiar a los demás y no quería salir con ningún chico porque no soportaba tener que explicarle que tenía una ETS. ¿Qué iba a pensar de mí? Otra cosa que me costó muchísimo fue decírselo a mi madre, porque temía reconocer ante ella que me había portado como una adolescente inconsciente y descerebrada, a pesar de todas sus recomendaciones. Su reacción fue increíble y me apoyó a tope desde que lo supo. Sí, ahora he aprendido la lección y no me canso de repetir a mis amigas que jamás, jamás, ¡pero jamás!, se les ocurra tener sexo sin condón con chicos a los que no conocen a fondo.”
Lánzate con cabeza
¿Quiere todo esto decir que debes comportarte como una virgen mojigata? En absoluto. Puedes vivir el verano más sexy, divertido y emocionante de tu vida sin jugártela. Pero, tenlo muy claro, eres tú la que debe responsabilizarse de los cuidados, la protección y la prevención. Tu salud no es algo que puedas dejar en manos de los demás, del chico de turno y mucho menos del “destino”. Sal lo que quieras, diviértete a tope, disfruta del verano, de las delicias de la conquista y el amor, pero piensa en el día siguiente. La prevención es la clave para que no tengas que arrepentirte de no haber practicado sexo seguro.
Tengo una ETS, ¿qué hacer?
Lo peor que puedes hacer es esconder la cabeza como una avestruz. Si has metido la pata tienes que encarar el problema de frente y actuar con rapidez, como una chica responsable y segura de sí misma. Por eso, si tienes la más mínima sospecha de que has podido coger una ETS, en cuanto regreses de las vacaciones pide cita con tu ginecólogo, coméntaselo abiertamente y solicítale que te realice las pruebas y análisis necesarios para salir de dudas. Ten muy en cuenta que todas las enfermedades de transmisión sexual se curan o se controlan con el tratamiento adecuado, pero es importantísimo diagnosticarlas cuanto antes para poder cogerlas a tiempo y evitar males mayores en el futuro. Ya sabes el sexo seguro te puede salvar de un problema importante ¡Qué no se te olvide!.