No fue premeditado que el primero de los autores que apareciesen en la cubierta de piel de una Summum Meditatio fuese William Shakespeare. Yo soy más de poesía hispana y las traducciones las llevo un poco mal en este género. Pero bueno, sabía que el primer sitio donde iba a presentarla sería en Etsy, y era el modo más directo de hacerla entender. Tanto es así, que mi idea era subirla y empezar a promocionar esta nueva serie… pero el caso es que al día siguiente ya tuve que enviarla a Dinamarca. No me dio tiempo ni a decir aquí está. Cosas de internet.
Pero del mismo modo que algunas de mis Meditatio ya circulan “por el mundo” con una frase latina en la primera página, -aunque el dueño/a sólo sepa del latín por haber visto Bravehearth- no espero renunciar a que muchas de las que tengan gofrado algún texto o poema en su piel sean de algún poeta o escritor de herencia latina, aunque su dueño/a tampoco sepa el idioma. Yo creo que el primero va a ser Lope. Todavía no es fijo. Ya se verá.
En todo caso, por qué este soneto de Shakespeare. No esperes nada intelectualísimo. Sencillamente porque soy una romántica incurable -aunque intento que no se me note mucho- y como a muchas me pirran las adaptaciones de la literatura romántica inglesa del XIX al cine y a la televisión (alguno de muchos habrá, pero creo que está escondido y no lo confesará salvo previa tortura).
No es por añoranza de las costumbres decimonónicas. Pero esa flema inglesa tan carismática, esos modales largos y retorcidos hasta para sentarse (hasta José Mota ha sucumbido a hacer sketchs sobre el tema), ese trajerío tan perfecto… en fin. Que los ingleses saben cómo poner en valor su literatura para estos tiempos nuestros y darle rienda suelta al orgullo británico. Es justo reconocerlo.
El caso es que el soneto de Shakespeare me vino a la cabeza a través de la adaptación al cine de la novela de Jane Austen por parte de Ang Lee: Sentido y sensibilidad. En concreto, el momento en que Marianne (interpretada por la espectacular Kate Winslet que es digna réplica de la sin par Emma Thompson) recita el poema bajo la lluvia presa de la decepción amorosa.
Romanticismo por excelencia: lluvia, acantilado, sentimiento...
Me parece un momento digno de recordar y no precisamente por la tristeza que rezuma. Sino porque ese paso suyo de ese cariño arrebatado por un personaje que no era sino fruto de su imaginación al amor sereno por alguien “real” es una representación muy visual de cómo puede evoluciar una relación de pareja. Esa transición puede ser dolorosa e incluso provocar una ruptura, pero no es menos necesaria. Marianne se encuentra a sí misma en el proceso, se da cuenta de que no es tan perfecta como pensaba y evoluciona entrando en una fase más reposada pero no menos llena de afecto y de sueños.
Pues bien, tenía este vídeo reservado para el día de hoy. Independientemente de lo mercantil que puede ser esta fecha, puede ser un día tan bueno como otro cualquiera para reflexionar sobre estos asuntos…
(…Y sobre lo bonita que era mi primogénita Summum Meditatio shakespeareana y que ahora -espero- esté llena de frases en danés).
Let me not to the marriage of true minds
Admit impediments. Love is not love
Which alters when it alteration finds,
Or bends with the remover to remove:
O no! it is an ever-fixed mark
That looks on tempests and is never shaken;
It is the star to every wandering bark,
Whose worth’s unknown, although his height be taken.
Love’s not Time’s fool, though rosy lips and cheeks
Within his bending sickle’s compass come:
Love alters not with his brief hours and weeks,
But bears it out even to the edge of doom.
If this be error and upon me proved,
I never writ, nor no man ever loved.
William Shakespeare. Sonnet CXVI