Revista Insólito
Aquí, Shere Khan, ¡ah!, no, un momento, que me he liado
Este es el bueno
Dedicado a Ozanu que sintió curiosidad por este personaje, que hubiera podido cambiar la Historia de la India.Shere Khan significa “Príncipe Tigre” en hindi. Es el nombre que Rudyard Kipling dio al tigre que antagoniza a Mowgli en varias historias de “El Libro de la Selva”. El nombre está bien escogido. En la Historia de la India también hubo un Sher Khan de gran fiereza, que aspiraba a mucho y al que, cuando lo acababa de conseguir, el destino le jugó una mala pasada.Sher Khan pertenecía a una de las familias afghanas que se habían trasladado a la India para servir bajo el Sultanato de Delhi. Su abuelo Ibrahim Sur había sido tratante de caballos y se instaló en la India en tiempos de Bahlul Lodi (reinó entre 1451 y 1489) para ganarse la vida como soldado. Las cosas no le fueron mal: le fue otorgado un modesto jagir de 40 (el jagir consistía en el derecho a recibir la renta de un territorio, pero no implicaba la posesión del mismo).El jagir de Ibrahim lo heredó su hijo Hasan, quien se trasladó a Bihar, donde obtuvo un jagir de 500. El jagir se encontraba en una zona montañosa medio salvaje e infestada de bandidos. Uno de esos sitios donde para sobrevivir tienes que ser el más hijoputa del reino. Hasan lo era y algo de eso lo heredó su hijo Farid, que así fue como se llamaba Sher Khan antes de ser alguien. Farid era hijo de la primera mujer de Hasan. En los matrimonios polígamos hay dos posiciones jodidas: ser hijo de una esposa menor, cuando la primera es generala con mando en plaza; ser hijo de la primera esposa cuando el paterfamilias está encoñado con una esposa más joven y que folla como diós. Farid era un jodido de la segunda categoría. Farid acabó trasladándose a Jaunpur, la capital de Bihar, que era entonces un centro de cultura. Allí se dedicó a los estudios con ahínco. Se familiarizó tanto con libros en árabe como en persa. Entre los libros que estudió estuvieron “Gulistan”, “Bostan”, “Sikandar Nama” y libros de Historia antigua. Su brillantez atrajo la atención de Jamal Khan, que era el patrono de su padre y que favoreció la reconciliación entre padre e hijo.Hasan encomendó a Farid la administración de su jagir. Farid se reveló como un administrador muy competente. A diferencia de otros señores le preocupaba el bienestar de los campesinos y los trataba con justicia e impedía que fuesen oprimidos. Pero Farid no era ningún buenista. Era consciente de que en la India medieval sólo se hacía respetar el que sabía manejar la espada. Por tanto, no dudaba en ser implacable con aquéllos que se resistían a sus órdenes. Al cabo de siete años el jagir de su padre era un territorio próspero y tranquilo. Y, como en los cuentos, entonces apareció su madrastra.La esposa joven con la que Hasan estaba encoñado, empezó a preocuparse de que Farid heredase a Hasan y sus hijos se quedasen sin nada. Si una mujer es capaz de volver a un hombre loco por una nadería como que le acompañe el sábado a Ikea para comprar cisfordios para el salón que hagan juego con el tresillo, no contaré lo que puede llegar a hacer para asegurar que la parte del león de la herencia sea para sus hijos y no para los de su rival. Hasan acabó accediendo a largar a Farid del jagir.Farid acudió a Agra a pedir justicia del sultán Ibrahim Lodi, pero éste tampoco quiso tener problemas con su madrastra. Entonces entró en escena la Parca, que se llevó a Hasan y en 1520 el sultán le otorgó a farid el jagir de su padre. De regreso a Bihar, nuevamente tuvo que enfrentarse a su imponente madrastra que ahora intentaba que al menos una parte del jagir fuese para sus hijos. Para reforzar su posición, Farid se arrimó al gobernador de Bihar, Bihar Khan Lohani que, apreciando sus cualidades, le nombró vakil o virrey y le hizo tutor de su hijo y sucesor Jalal Khan. Fue Bihar Khan quien le designó Sher Khan por su hazaña de matar un tigre con las manos.En 1526 se produjo la batalla de Panipat y cayó el Sultanato de Delhi, que fue reemplazado por los mogoles. Bihar Khan se convirtió en rey de Bihar. Para entonces, los nobles lohanis y los jefezuelos afghanos ya llevaban tiempo calentándole la oreja a Bihar Khan en contra de Sher Khan, cuya valía y ascenso les escocían. Bihar Khan, que había empezado a sentirse intimidado por Sher Khan, les hizo caso. Ordenó a Sher Khan que compartiese su jagir con su hermanastro. Como lo rehusó, se lo arrebató.Nuevamente Sher Khan tomo el camino de Agra para buscar del nuevo poder mogol que enderezase el entuerto. Allí se congració con Junaid Barlas, uno de los emires del emperador mogol Babur, a cuyo servicio entró. Sher Khan ayudó a Babur en sus campañas en el este, aunque más tarde regresó a Bihar, cuando observo que Babur había comenzado a mirarlo con suspicacia, porque lo encontraba demasiado hábil para su propio bien. Y tenía razón. Durante su estancia con los mogoles, Sher Khan se había familiarizado con sus prácticas, habia visto sus debilidades y se había dado cuenta de que si los afghanos se unían, podrían expulsarlos de la India. Sher Khan regresó a Bihar y recuperó el favor de Bihar Khan con tan buena suerte que poco después Bihar Khan murió y se encontró convertido en el gobernante de facto de Bihar, aunque teóricamente no fuese más que el regente en nombre de Jalal Khan. Sher Khan comenzó a labrarse su propia base de poder y en un corto espacio de tiempo se casó con dos viudas sin hijos, una de las cuales le aportó una fortuna y la otra la fortaleza de Chunar. Estaba a punto de consolidar su base de poder, cuando apareció por Bihar Mahmud Lodi, el hermano del depuesto Ibrahim, que hizo un llamamiento a los afghanos para que se unieran y expulsaran a los mogoles. Mahmud encarnaba la legitimidad. A Sher Khan no le quedó más remedio que subordinarse a él y acatar sus órdenes en la campaña que se preparaba contra Babur. Sher Khan estaba jodido. Sus planes de convertirse en su propio hombre se habían desvanecido y encima se había visto obligado a servir a un líder al que consideraba un incompetente y del que pensaba que iba a fracasar.Para proteger sus intereses, pactó con los mogoles y sus tropas se abstuvieron de participar en la batalla de Ghaghra en mayo de 1529 en la que los afghanos fueron aplastados. Jalal Khan fue repuesto en el trono de Bihar como vasallo tributario de los mogoles y Sher Khan recuperó su puesto de vakil. Pero entonces las cosas empezaron a torcerse: Jalal Khan había crecido y empezaba a tener ganas de gobernar por sí mismo; los afghanos lohanis volvieron a intrigar contra él y Bengala atacó Bihar. La guerra contra Bengala fue su gran oportunidad. Derrotó a los bengalíes, se anexionó una parte de su territorio y con el poder y prestigio adquiridos intimidó a sus rivales lohanis. Jalal Khan se acojonó lo suficiente como para salir por piernas de Bihar en compañía de algunos nobles lohanis. Sher Khan ya tenía la base de poder que había andado buscando y ahora podía plantearse realizar su viejo sueño de expulsar a los mogoles de la India.