Revista En Femenino

Si se le antoja dése el gusto

Publicado el 22 noviembre 2010 por Demoniatentacion
A CATHERINE MONK, psicóloga neoyorquina, se le antoja el helado de chocolate con almendras; a mi cuñado,"de todo, desde las papas fritas hasta teriyaque de puerco", y a mí, verduras pero no crudas ni sin aderezo, sino guisadas con mucho aceite de oliva, ajo y sal.
Los dietistas definen el antojo como un intenso deseo de comer cierto alimento sin tener hambre, y que suele persistir hasta que lo saciamos. A la mayoría de las mujeres (60 por ciento según una encuesta) se les antoja lo dulce, y a los varones, lo salado o proteínico: carnes, hamburguesas o pizza.
Aunque los antojos son universales, su origen todavia se discute. Algunos investigadores creen que ciertas sustancias del cuerpo nos hacen desear dulces, harinas, grasas o proteínas; otros que los antojos tienen causa psicológica (que los asociamos,por ejemplo, con tradiciones o recuerdos felices de la niñez), y otros más lo atribuyen al estrés.
En lo que casi todos coinciden es en que pocos antojos obedecen a una verdadera carencia alimentaria. "No abundan la pruebas de que la gente necesite comer helado", señala Patrick O´neil, director del Centrode Control de Peso de la Universidad Médica de Carolina del Sur, en Charleston.
LEGADO EVOLUTIVO
Con todo, el origen de los antojos reside en parte de la necesidad de nutrientes. "Los alimentos que apetecemos (generalmente grasosos, ya sean dulces o salados) son de gran necesidad calórica", explica Adam Drewnowski, director del Programa de Ciencias de la Nutrición de la Universidad de Washington. "El hambre y la necesidad de energía impulsaba al hombre prehistórico a buscarlos, y comerlos lo hacia sentirse bien". En efecto, cuando ingerimos muchas calorías segregamos endorfinas, sustancias que mitigan el dolor, la depresión y la ansiedad.
"Ahora la especie humana es más sedentaria", añade Drewnowski. "No necesitamos tantas calorías , pero consumimos esos alimentos porque nos hacen producir endorfinas". La dietista Elizabeth Somer afirma en su libro The Origen Diet ("La dieta primitiva") que ciertos antojos fueron vitales para la supervivencia humana.
"Hace cientos de miles de años escaseaban los alimentos grasoso y dulces", dice :"Las grasas aportan muchas calorías (más del doble por gramo que las proteínas y los carbohidratos), y nuestros antepasados las comían con voracidad. Fue así como adquirieron una capacidad ilimitada para almacenar calorías".
La experta cree que ahora nuestras ansias de comer grasas y azúcares la gobiernan las endorfinas y otras sustancias. Por ejemplo, al bajar la concetración de serotonina en el cuerpo se antojan los dulces y las harinas, que la aumentan y nos levantan el ánimo; de ahí quizá que muchas mujeres apetezcan el chocolate poco antes de menstruar.

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