La humanidad tiene con esto una doble moral.
Por un lado, está pésimamente vista una persona trepadora, oportunista, falta de escrúpulos, “cagadora”.
Por el otro, son precisamente estas actitudes (¿las del “gen egoísta”?) las que hacen prosperar a la gente.
Surgen así inventos más o menos más acertados, desde las antiguas mitologías pasando por las “religiones aceptadas” hasta las teorías del tipo “milla adicional”. Tales teorías intentan persuadirte de que siendo generoso te va a ir mejor en la vida; y que es mejor colaborar que competir.
Ahora bien, ¿más cerca de qué lado están las siguientes instituciones indiscutiblemente exitosas – los dueños del mundo?
- Amazon
- Facebook/Instagram/Whatsapp (son la misma empresa)
- Apple
¿Están más cerca de la filantropía y la bondad o de la falta de escrúpulos y la opresión a sus propios empleados?
El caso de Facebook es particularmente revelador. Todos levantan el dedo acusador por su falta de transparencia al manejar los datos personales de sus usuarios. Pero… los anunciantes bien que se aprovechan de esos datos de la gente para optimizar su propaganda. A todos les conviene que existan y sean accesibles, pero nadie lo aceptaría porque está mal visto.
Si usted, como yo, ha puesto alguna vez un anuncio en Facebook y ha segmentado el público (para optimizar el anuncio dirigiéndolo a potenciales interesados), ya ha aprovechado esos datos personales, ya es cómpice.
Hasta ahora, la moraleja de la historia es: sé mala persona, pero que nadie se dé cuenta.
No puedo recomendar tal actitud… pero esto no es una afirmación acerca de su utilidad.
[Juan María Solare. Bremen, 30 de junio de 2019]