A la vista del interés y la repercusión que nuestro post Siete mitos en torno a la Sostenibilidad ha tenido en las últimas semanas y enlazando con uno de los temas estrellas de nuestro blog, la sostenibilidad aplicada a eventos, hemos querido trasladar estos siete mitos que identificaba el artículo publicado en The Guardian por Keneth Amaeshi que nos sirvió de inspiración al sector de los eventos y la percepción que con frecuencia hay en torno a la sostenibilidad en el mismo.
Repasamos los siete mitos ahora planteándolos en el contexto que la sostenibilidad adquiere en la industria de los eventos.
Sostenibilidad es igual a beneficios
Ya señalábamos que no es posible establecer una relación directa entre el hecho de que un evento sea sostenible y que el mismo sea más rentable. De hecho, pese a cifras como la que mostraba nuestro Estudio sobre el Valor de los Eventos Sostenibles por la que los asistentes se muestran dispuestos a pagar hasta un 7% más en el precio de la entrada, la influencia de factores como la percepción que los asistentes tengan del compromiso con la sostenibilidad del evento, la capacidad para llevarlo adelante de una manera coherente y eficaz, también en costes, será importante.
En esa línea, podemos seguir como ejemplo lo manifestado en torno a la sostenibilidad aplicada en la industria hotelera.
La sostenibilidad es un fin
En uno de los post que inauguraba Te Hago Eco hablábamos en torno a lo que demandaban los eventos de la sostenibilidad, si se trataba de un certificado que los acreditase como tal, o bien si la usaban como un instrumento para mejorar la confianza en la relación con sus grupos de interés, una herramienta para conectar con ellos, para implicarles, para trasladarles valor. Sin duda nos quedamos con la segunda opción, pero eso requiere ver la sostenibilidad en el evento más que como un mero reconocimiento o certificado, un resultado, sino como parte de la identidad del mismo.
La sostenibilidad es una moda
No hay más que revisar año tras año (y llevamos ya unos cuantos vinculados a la sostenibilidad aplicada a eventos) para comprobar que siempre se cita como una de las tendencias al auge para los próximos meses. Hoy mismo hemos encontrado esta lista de 10 tendencias para eventos en 2014 y de nuevo se cita la necesidad de que el evento genere algo bueno, es decir, un legado vinculado a mejorar impactos sociales o ambientales.
Sin embargo a fuerza de ser tendencia, está compromiso por la sostenibilidad se está consolidando como algo que cada vez es menos novedad entre los eventos, para empezar a ser una necesidad.
La sostenibilidad va a ser un esfuerzo para los participantes
Y si así se percibe, es un error por parte de los ejemplos que puedan haberse realizado y hayan generado ese mensaje. Trasladar la imagen de que un evento sostenible consiste en tener que compartir coche para ir hasta el mismo, reutilizar el vaso en el caso de que se sirvan bebidas o pagar un extra para que compensen la huella de carbono generada es totalmente falso. Un evento que apuesta por la sostenibilidad es mucho más que eso, la sostenibilidad es una cuestión cultural, más que técnica o legal, y por tanto se ha de hacer notar en el mensaje que traslada el evento, en su feeling, no sólo a través de aspectos materiales.
La estrategia precede o dirige a la sostenibilidad
En un evento, con lo que conlleva de inmediatez, es muy difícil diseñar una estrategia, ponerla en práctica al detalle y que no sea necesario modificarla ni un ápice. Por ello, siendo necesario tener muy claro el objetivo por el que un evento (o su organizador o la marca o empresa que lo usa como herramienta de comunicación) se compromete con la sostenibilidad y el marco que define la estrategia a seguir para lograrlo. Más allá de ese marco, es importante dotar a esa estrategia de suficiente flexibilidad para adaptarse a los requerimientos que irán surgiendo a lo largo del desarrollo del evento por parte del entorno y los grupos de interés.
Cualquier evento puede ser sostenible
No parece que haya mucho que comentar, pero si creemos que hay un elemento que destacar, la Ética. Y es que más allá de que al final es posible aplicar en mayor medida la sostenibilidad a las diferentes acciones y recursos empleados en el desarrollo de un evento, no puede considerarse por ello sostenible un evento cuya esencia menoscabe determinados derechos fundamentales. No se trata ya de una cuestión técnica, sino, como apuntábamos antes, más ámbito cultural o de los valores y mensajes (como buena herramienta de comunicación que es) que hay detrás de un evento o que motiva que se celebre el mismo. Ejemplos … que cada cual lo traslade a los que encuentre o considere.
El compromiso con la sostenibilidad depende del contexto
Quizás uno de los mitos más fáciles y que a la vez es más necesario desterrar. Al final parece que se apuesta por la sostenibilidad en aquellos eventos en los que se dan ciertas circunstancias que facilitan la puesta en marcha de estrategias y medidas. No tiene ninguna lógica que una marca que apuesta por la sostenibilidad traslade ese compromiso a sus eventos en Alemania y no a los eventos que celebre en España. Nuevamente aquí nos encontramos con el hecho de que se aborda la sostenibilidad como un fin y no como algo cultural que al final acaba siendo identitario para dicha marca. No se trata de que sea más fácil en unos lugares que en otros (y en Alemania lo es respecto a España) sino de mostrar el compromiso y llevarlo a la práctica más allá de que los resultados sean diferentes.
De nuevo os preguntamos ¿Qué os parece? ¿Compartís estos siete mitos o añadiríais alguno?
@tehagoeco
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