En este momento miles de aviones recorren el planeta, no es nada nuevo y estamos acostumbrados a ello pero, seguro que en alguna ocasión, al escuchar el rugido de los motores en las cercanías, has elevado la mirada tratando de localizar el avión y su inconfundible estela en el cielo, siguiéndolo por momentos sin quitarle los ojos de encima.
Si es así, ¿Nunca te has preguntado qué distancia recorrerá ese avión en el tiempo que tarda en cruzar el cielo de un extremo a otro? ¿O a qué distancia está o por qué pueblo irá cuando se aleja por el horizonte y nuestra vista apenas puede ya distinguirlo?
No sé si será tu caso, pero si te ha picado la curiosidad, ahora trataremos de dar respuesta a estas cuestiones que bien merecen un post, ya que siempre es interesante poner a prueba los límites de la visión humana.
En el post se quiere determinar que distancia hay entre el observador y un avión que nos sobrevuela a 11000 metros (altitud de crucero)
cuando este empieza a ser visible para el ojo humano por el horizonte.
Antes que nada, decir que es difícil dar un resultado exacto. Este puede variar ya que intervienen muchísimos factores que, en mayor o menor medida, condicionan la observación, entre los que destaco:
- Las partículas que se encuentran suspendidas en la atmósfera, como vapor de agua, contaminantes…
- La existencia de bruma o niebla que afecte a la visibilidad, así como obstáculos (edificios, vegetación, montañas…)
- La altitud, sobre el nivel del mar, del lugar donde estemos
- La hora del día, radiación solar excesiva, nubosidad…
- La luz solar que refleje el fuselaje del avión
- La edad, el estado ocular y refractivo del observador
- El contraste cielo-avión, un fondo del cielo en el horizonte demasiado claro o, muy importante, la presencia o no de estela de condensación tras el avión…
También hay que tener en cuenta que uno de estos aparatos mide, en el mejor de los casos, unos 80 metros de largo y viaja a altitudes de kilómetros. Si observamos un avión que sobrevuela nuestra localidad a 11000 metros (altitud de crucero), su tamaño aparente será bastante reducido, lo percibiremos como un minúsculo objeto que cruza el cielo, por tanto nuestro sistema visual no podrá discriminarlo durante mucho tiempo a medida que se va alejando…
Aun así, contra todo pronóstico y con la ayuda de Carlos Tapia, de la web “De la A a la Ceta”, pudimos llegar, sobre el papel, a una estimación bastante realista y que se ajustaba, en mayor o menor medida, a lo observado posteriormente a ojo desnudo en días soleados, sin nubes y con buena visibilidad.
En su post, donde se explica detalladamente la parte teórica de este asunto, llega a la conclusión de que la distancia que hay desde el observador hasta que el avión deja de estar visible está en torno a 87 km. No olvidemos que es una estimación y que algunos de los factores anteriores pueden hacer variar la cifra.
Ahora que ya sabemos lo que dice la teoría, vamos a ver que nos responde la práctica, que es en lo que yo me centraré aquí. Fue fácil: tuve la suerte de que justo por la zona donde vivo (a 50 msnm) pasa una aerovía, concretamente la UN-10 que la usan principalmente vuelos procedentes de Marruecos y las Islas Canarias, con destino a ciudades europeas y algunas españolas.
Algunas de las aerovías que discurren por Andalucía (España). Fuente: AENA
Gracias a esta casualidad, no fue difícil hacer algunas observaciones de aviones procedentes del sur y seguirlos hasta que desaparecían por el norte. Tras unos días de “trabajo de campo” y con la ayuda de este radar de vuelos mundiales a tiempo real (bastante preciso), pude determinar las coordenadas exactas donde se encontraban los aviones una vez que aparecían y desaparecían por cada extremo del cielo, calculando así la distancia recorrida durante el tiempo que permanecían a la vista.
Antes de analizar los resultados conviene decir que lo que más influye en nuestra observación es la presencia o no de la estela de condensación que genera el avión (en inglés: contrail). Dado que las estelas están formadas por agua condensada e incluso cristales de hielo, reflejan muy bien la luz del sol, lo que facilita, y mucho, la localización y seguimiento visual de los aviones.
Estela de condensación de un Airbus A340 de la compañia Iberia, procedente de Buenos Aires con destino Madrid a su paso por la provincia de Sevilla. Altitud: 10973 metros
Cuando los aviones no producen estas estelas, es muy difícil poder distinguir el fuselaje más allá de unos 30 km cuando vuelan a 11 kilómetros de altitud. Si dejan estela de condensación, podemos observar aviones a más distancia lógicamente, aunque sea la estela y no el avión lo que vemos realmente, pero nos vale. Así, lo más frecuente es llegar a ver aviones apareciendo a 80-85 km de distancia. En el mejor de los casos, como en días con una visibilidad excepcional, podemos llegar a 95 km, o mejor aún, si usamos unas gafas de sol polarizadas, podemos alcanzar a ver aviones a 110-120 km de distancia. ¡No está nada mal para ser a simple vista!
*Con gafas polarizadas mejora la observación porque al estar la luz azul del cielo parcialmente polarizada, podemos neutralizar parte de ella. Para ello, tendremos que girar las gafas hasta que consigamos la máxima absorción de luz posible.
Un ejemplo de como un filtro polarizador absorbe parte de la luz azul del cielo, oscureciéndolo. En la segunda imagen no hay absorción. Foto cortesía de la Univ. Complutense de Madrid
El ejemplo de este post es con aviones que viajaban en línea recta, de un extremo del horizonte al otro, pasando por encima del observador o a pocos kilómetros a su alrededor. No valen aquí aviones vistos cruzando el cielo a decenas de kilómetros del observador, eso es otra historia. La distancia influye en el resultado, por lo que veríamos el avión durante más tiempo volando en el cielo.
Y no es difícil, en determinadas circunstancias, ver aviones tan tan lejanos. Como curiosidad decir que llegué a ver un avión (con estela, por supuesto) que se encontraba a 180 km en dirección oeste respecto de mi posición, viajando de sur a norte, más allá de la frontera de Huelva con Portugal desde la provincia de Sevilla. Al estar el avión a tal distancia, se mantuvo visible en el cielo durante largo rato, casi “inmóvil”, sin que apenas se notara movimiento. El “truco” en este caso fue que estaba atardeciendo, y al ponerse el sol por el oeste, la estela de condensación quedaba perfectamente definida gracias a la reflexión de la luz en ella, por lo que destacaba sobre el cielo rojizo, aumentando el contraste.
Aquí lo dejo, espero que, al igual que yo, te hayas hecho una idea de por dónde van esos aviones que nos pasan por encima constantemente. ¡Saludos!
Enlaces de interés:
- Radar de vuelos a tiempo real: http://www.flightradar24.com (en este radar a tiempo real, bastante exacto, de muchos de los vuelos mundiales, podrás consultar la posición, procedencia, origen, y una serie de parámetros de los aviones que te encuentres por tu zona)
- Aerovías de España – AENA (Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea): http://www.aena.es/csee/Satellite/navegacion-aerea/es/Page/1078418725153/?other=1083158950573
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