Muchas veces hemos comentado en el blog esos viajes iniciáticos , al estilo de la odisea homérica ,que nos hacen dar vueltas por el mundo para volver a nuestra pedregosa Itaca . Algo así sucedió cuando la pareja detrás de El Hato y el Garabato , Liliana Fernández y José Benéitez, tomaron las riendas de esta pequeña bodega familiar con el mayor de los tesoros, un viñedo de sus antepasados de más de 75 años, y los conocimientos adquiridos, durante sus estancias en zonas vinícolas de todo el mundo, para poder sacar de el su mayor potencial. Ese tesoro en manos inexpertas hubiese tenido el mismo resultado que el que tuvieron los pretendientes de Penelope con el arco de Odiseo , pero esta pareja si supo tensarlo correctamente y usarlo adecuadamente como demuestra este vino que hoy os traigo .



