Esta "nueva normalidad" que nos venden por todas partes no me acaba de convencer.
Hay demasiadas cosas que no comprendo.
No comprendo que se puedan abrir discotecas y no colegios.
No comprendo que puedan jugar "los niños mayores", como dice mi hijo (el día 11 se reanuda la liga de fútbol... sólo la masculina, parece que "las niñas mayores" siguen tan castigadas como les niñes pequeñes)… y que mi hijo no pueda ni acercarse a sus compañeros y compañeras cuando los ve por la calle.
No comprendo que sigan cerrados consultorios locales en la Sierra de Madrid.
No comprendo que las calles estén llenas de guantes y mascarillas tirados de cualquier manera.
No comprendo tanta mascarilla en la barbilla (utilísima para evitar multas... para evitar el coronavirus algo menos).
No comprendo esta "normalidad" de crispación política, de ladridos y judicialización absurda, cuando lo que tendrían que hacer los políticos y políticas de éste país es sentarse juntos y negociar maneras de que lo que ha pasado no vuelva a pasar... Y me vais a perdonar que por una vez sea pesimista... Si seguimos por éste camino, VOLVERÁ A PASAR.
Por eso, porque no quiero ser pesimista, porque necesito creer en la Humanidad y en su capacidad de empatía, de solidaridad, de confianza, de conciencia... Hoy me he puesto un poco de música...
Espero que la disfrutéis, y, ahora sí, afrontemos esta nueva etapa SIN MIEDO, como dice Rosana, sin miedo a la ternura.¡¡ Un abrazo virtual, que ya tengo ganas de empezar a darlos DE VERDAD!!