Revista Opinión

Sin tregua contra los nuevos virus

Publicado el 19 enero 2018 por Carlosgu82

Para nadie es un secreto que la humanidad es amenazada no solo por las guerras, también se suman los virus transmisibles por los animales.

El científico cubano Carlos Juan Finlay descubrió en el siglo XIX que el principal agente transmisor de estos virus (la fiebre amarilla, en aquellos años), era el mosquito. Específicamente el Aedes Aegypti.

A partir de ese descubrimiento no cesa la lucha contra el mosquito. Como tampoco las investigaciones.

Y en un estudio de maestría se descubrió que con el café también podemos combatirlo. ¡Sí con el café!

El procedimiento es sencillo: Después de disfrutar del néctar negro de los dioses blancos recogemos la borra (ese polvillo negro que siempre echamos a la basura) y lo colocamos en las macetas de flores que tenemos en la casa, la regamos en sus hojas, o cualquier recipiente sospechoso de albergar larvas del mosquito. También en las tierras del jardín o el patio de la casa.

Los estudios mencionados han demostrado que 500 microgramos de cafeína por milímetro de agua bloquean el desarrollo de la larva en el segundo de sus cuatro estadios; además de reducir el tiempo de vida del mosquito adulto.

La cafeína de la borra altera las enzimas ESTERASES, que son las responsables de los procesos fisiológicos en el metabolismo hormonal del mosquito.

En una película fina de agua puede desarrollarse el mosquito, película que puede formarse incluso sobre fibras de tierra endurecida, en hojas caídas, en trozos de botellas, cáscaras de huevo…, en cualquier lugar donde pueda almacenarse una capa minúscula de agua.

Por eso, con solo regar esa cafeína sobre la tierra, las hojas, las macetas estamos combatiendo al mosquito y quizás salvando una vida.

Y además evitando las tóxicas fumigaciones que son utilizadas en la actualidad.


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