Hace falta un Franco de izquierdas, pero sin cunetas ni cruces de los caídos. Nos mandan morir por la patria y la bandera. Y la mayor bandera es pirata, de quienes nos gobiernan. Ondea, con orgullo, en sus negros corazones, que alma no tienen. No la arrían ni cuando cae uno de ellos.
Aunque no nos lo pidan, ya derramamos hasta la última gota de sangre (y sudor) cuando el político abandona la palabra dada y empuña las tijeras. Recorta las promesas y los sueños; no les falta pulso para cortar de paso derechos. El derecho de ellos es cercenar los tuyos y los mios. Sus mentiras son reciclables. Desmontando solo una podría construirse una pirámide de verdades. Por eso las tramas no se desentraman, porque se tienen agarrados por los webos, que diría el otro. La verdad puede ser una tumba, lo entiendo. O peor, el olvido. La omertá tiene premio.
Sobran curas. Sobran hostias. Curas que dicen sandeces y pretenden que las comulguemos como si fueran sagradas formas, en manos asquerosamente informales. Capaces ellos de vivir a lomos de sus infames aberraciones, a caballo de impúberes inocentes. No les importa arrancarles la fe de cuajo. Son una fábrica de estrés postraumático. Estos también tienen premio. Los alejan del territorio mancillado y los envían a lugares lejanos donde les espera carne fresca. Más fe. Qué sería de la santa madre Iglesia sin inocentes. Porque santo puede ser cualquiera. “Dime de lo que presumes y te diré de lo que careces”. Presumes de humildad, curita, y de pobreza. Gracias, refranero. Si Dios existe lo tenéis secuestrado (por vuestro bien).
Sobran sicópatas y sociópatas que alcanzan las más altas cumbres de las naciones y coquetean con holocaustos y hecatombes. Sobra el rubio chiflado y otros más calvos y afeitados.
Sobran machos y machas (muchos) homófobos que no soportan más orgullo que el suyo. Del gay, ni hablamos. Sobra violencia machista o viril, a raudales. Sobran programas de la ingle y las ladillas protagonizados por princesas de pueblos. Sobran reálitis que son mentíritis. Sobran islas en las que echan un par de cocodrilos y un cochino adolescentes para que cuatro tontainas urbanitas allí enviados liberen la testosterona y se crean supervivientes. Hay guiones para todo.
Sobra la escolta y los agentes de seguridad asignados a un ex ministro mentiroso –vaya novedad– y patriota de Panama’s Paper (PP) dimitido hace dieciocho meses. Por eso hay que recortar.
Sobra en Galicia, mi tierra, el AVE (tren de Alta Velocidad), aunque en realidad es una promesa con la que nos vienen chuleando desde hace años para ganar las oportunas elecciones. Prometen comunicarnos con los de más allá y quitan trenes que nos acercan a los de más acá, mis paisanos. Ya saben, todo por la bandera pirata, por su patria que es su bolsillo.
Sobra tanta patraña porque sobran conformistas. Sobran amnésicos voluntarios, no es una ONG. Sobran likes y me gusta en un planeta que da asco. Sobra mucha comodidad.