Revista Cocina
Han pasado los años, los meses….muchos días, quizás demasiados sin vernos; pero aún, a pesar del tiempo, nuestra amistad, nuestras risas, nuestro cariño, los ratos que pasamos fueron haciendo mella y quedaron grabados en nuestras vidas, en nuestro corazón y en nuestra memoria.
Éramos vecinas, como si fuésemos familia, éramos y somos amigas, ella se llama Conchita..…poeta, dicharachera, generosa, jovial, de sonrisa eterna y risa fácil, ojos azules, cabello rubio, madre de dos niñas…..como yo las llamaba: “mi Eloisa y mi Conchita” quienes junto con mis dos hijos, eran también lazo de unión entre nosotras.
Y es que con Conchita siento, como leí hace tiempo, que nuestra amistad es la melodía que se nos queda grabada en la cabeza y que aparece en los silencios más amargos, hasta el final del camino.
Y hoy, una vez más la he recordado…..ésta receta me ha hecho viajar con ella a su lugar de nacimiento, a sus orígenes tal y como hicimos aquellos días del mes de Agosto, en su “refugio”, en aquella preciosa casa que tiene en Cuevas de San Marcos, donde en su cocina aún hoy en día hay impregnada parte de mi…..sus muebles, eran mis primeros muebles de cocina… Me imagino que cada vez que vuelva a su pueblo y cocine, cada vez que abra una puerta, un cajón, me consta de que se acordará de mi.
Gracias a ella y a Paco, su marido, descubrí un lugar maravilloso de la provincia malagueña, una parte increíble del paraíso, de éste lugar llamado Málaga; un pintoresco y precioso pueblo de la Comarca Sierra Norte de la provincia Málaga.
Un lugar donde se asentaron los primeros pobladores de la comarca, y después romanos, visigodos y musulmanes, llamado Cuevas de San Marcos, la antigua Medina Belda, como la llamaron los árabes que la habitaron; un lugar con un rico legado arqueológico, yacimientos del Paleolítico, con nna larga historia que ha dado pie a innumerables leyendas y tradiciones.
Paisajes de contrastes que nos llevan de la vega a la sierra, del olivar a bosques de pinos y encinas, de yacimientos prehistóricos, parajes en los que se alternan el monte bajo, pinos, olivos, almendros y encinas; en su Sierra los pinares y antiguos encinares abrazan sus blancas casas y sus huertas y sus campos llenos de olivos y almendros.
Cuevas de San Marcos cuenta con uno de los Monumentos Naturales más destacados de Andalucía, la Falla del Camorro. Junto a ella se encuentra la Cueva de Belda, pareciendo una herida sobre la montaña, una promesa de entrada a un laberinto único, con gran profundidad e impresionantes formaciones de estalactitas y estalagmitas. En su interior se conoce la existencia de al menos tres lagos y de numerosas galerías en el interior de la misma, en la que además de tener su importancia geológica, es también zona de refugio para diferentes colonias de murciélagos, una de las más importantes no solamente de España, sino que posiblemente de Europa..
Andé por sus calles, por sus bosques y montañas, vi correr el agua por caudaloso Genil, disfruté de la inmensidad azul del grandioso embalse que une o divide a Malaga de Córdoba y Granada, supe por primera vez de una de sus joyas y rareza gastronómica, de la existencia de la famosa zanahoria morada, que sólo se produce en esta zona.
En éste enlace podrán ver y saber algo más de CUEVAS DE SAN MARCOS (Vista desde el interior de la Cueva de Belda)
Gracias a su madre, tan dulce y cariñosa como mi amiga Conchita, degusté su gastronomía, ésa parte de su cultura, tan rica y deliciosa…..como ésta “sobreusa” o “sobrehúsa” típica y tradicional de éste precioso enclave malagueño cuyos ingredientes fundamentales son las habas, los huevos y el cilantro.
¿Qué no lo han probado?.....¡¡ Es fácil y delicioso !! ¿Se animan? Pués les explico como lo he preparado.
Ingredientes para dos personas:
Ingredientes:Medio kilo de habas, dos chorizos frescos (a ser posible malagueño), dos hojas de laurel, un pimiento verde, media cebolla mediana blanca dulce, dos tomates maduros, dos dientes de ajo, una cucharada pequeña de pimiento molido, una cucharada pequeña de colorante alimentario, seis granos de pimienta negra, una ramita de cilantro fresco, sal, medio vaso pequeño de aceite de oliva virgen extra (por supuesto del terreno, de Málaga…), dos huevos ( en ésta ocasión he usado cuatro de codorniz, dos por comensal) y dos vasos de agua.
Los pasos a seguir:
Desgranar las habas (la piel la pueden utilizar para tortilla).
Picar en trozos pequeños el pimiento, la cebolla, los ajos y el tomate, al que previamente habrá que quitarle la piel.
En una cacerolita poner a calentar el aceite y echar los trozos de pimiento, cebolla, ajo y tomate pochando a fuego lento salando previamente, manteniéndolo en el fuego durante unos minutos, removiendo de vez en cuando a fin de que no se pegue.
Agregar las habas, los granos de pimienta y el laurel, rehogando durante un minuto.
Añadir el agua y dejar hervir durante unos quince minutos aproximadamente.Rectificar de sal.
Una vez cocidas las habas añadir el pimiento molido, el colorante alimentario, el cilantro picado y el chorizo cortado en rodajas.
Darles un hervor y echar los huevos, tapando la cacerolita dejarlos cuajar.Apartar del fuego y servir….. ¡¡ Buen provecho y recuerden, disfruten de Málaga, de sus paisajes, de sus bosques, de sus sierras, de sus rios, del azul de su cielo, de su cultura, de su gastronomía.....y del mar, siempre la mar !!